Volvíamos a estar frente casa, entrando por la puerta esperando a que mis padres bajaran abajo. Recuerdo que en los aniversarios solíamos llevarles el desayuno a la cama, pero no cuando te ves de frente con una imagen que te llega a traumar desde lo más profundo y tardas años en borrártela de la mente.
—Qué Ashley ¿no quieres llevarles el desayuno a la cama?.—Pregunto bromeando.
—No gracias. Puede que quieras hacerlo tú, total te excita casi cualquier cosa.—Conteste con una sonrisa de triunfo.
—Eso mismo, casi cualquier cosa.—Insinuó mirándome de arriba abajo.
—Me sentiría ofendida si te pareciera lo contrario, viendo los gustos tan malos que tienes.—Termine de decir saliendo de ahí y dejándole hablar a solas mientras le hacía algo no muy maduro por mi parte, pero una peineta nunca me parecía lo suficientemente mal.
Subí alguna de las escaleras para poder gritar sus nombres e impedir que mis padres notaran mi malestar por este estúpido de hermano que tengo. Si se pudiera elegir quien te pone a mil juro que lo haría y no sería él...
—Mama, papa. ¿Bajáis ya?.—Grite esperando respuesta.
—Si cariño, me estoy acabando de arreglar.
—Vale.—conteste corriendo escaleras abajo yendo antes que Derek a abrir la puerta de la entrada la cual sonaba desesperada.
Abrí la puerta dejando ver aquella cabellera castaña con una botella de vino en mano. Esa era mi tía Charlotte, la hermana pequeña de mi madre, quien vivía su vida como deseaba y para mí un magnífico ejemplo a seguir.
—Ashley.—Emociono.— mírate, quien lo diría... eres igualita a mi.—Menciono abrazándome. Ni por asomo soy igual físicamente.
—Tía, que alegría verte.—Hable mientras pasaba hacia dentro mirando como siempre, buscando como si algo hubiese cambiado.
—¿Y dónde está mi buen sobrino?.—Pregunto sonriente.
—Cascándosela.—Dije en muy bajo.
—¿Cómo?.—¡Me había oído, que mal!
—Cascando huevos para la comida.—Escupí.
—Charlotte.—Nombro mi madre bajando las escaleras para saludar a su hermana.
Aproveche aquel rato hasta que vinieran mis abuelos, para ir a la cocina y ver que estaba haciendo Derek en ella. Ahí se encontraba, apoyado en la encimera viendo su maldito móvil asqueroso aquel. Estaba realmente picada con él, aun así lo deseaba demasiado...¡Malditas hormonas adolescentes! Me aproxime a él sin que apenas se percatara de que mi presencia le estaba observando, y con audacia y rapidez, le arrebate su pequeño aparato electrónico de sus manos.
—¡Que haces!—Quejo extendiendo su mano.
—Devolverte al mundo real.—Sonreí pícaramente.
—Ashley.—Pronuncio con un tono serio, uno que me dio bastante igual.—Vamos dámelo.—Exigió.
—Mmmmm va a ser que no. —Respondí dando pasos hacia atrás mientras el adelantaba los suyos.
—No seas niñata.
—Tendré que hacer referencia al nombre que tanto usas en mi.—¡Dios hoy estaba lucida! Soy un as.
—No me hagas ir a por él.
—¿Si no que?.—Reté.
—Nada, quédatelo, me da lo mismo.—Incluyo girando su cuerpo con la intención de irse.
ESTÁS LEYENDO
Un sabor Agridulce ♀ +18
Romansa¿Podre conseguir lo que mas deseo? ¿Tener a esa persona para mi? Conseguir que Derek sea el que realmente me necesite y busque... ese es mi objetivo. PROHIBIDA CUALQUIER COPIA O ADAPTACION SIN PERMISO. OBRA COMPLETAMENTE MIA Aviso; NO son hermanos d...