"No.Yo te amo más"

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Desperté. A pesar de haber estado durmiendo durante horas, seguía cansada.
No me importó, simplemente me levanté de la cama. Bajé a la cocina, ignorando por completo el hecho de abrir las cortinas para dejar entrar algo de luz. Me serví una taza de café, y algo de cereales en un pote. Bebí mi café y comí mis cereales rápidamente, y subí nuevamente a mi cuarto, salteándome un escalón por vez. Hacía eso cuando no tenía celular, ya que si lo tuviera, subiría las escaleras con el celular en manos, y mis ojos enfocados en la pantalla.
Me dirigí al baño, me lavé la cara con agua y con jabón, y me cepillé los dientes. Me peiné, me puse algo de rímel y luego, me cambié el pijama por algo de ropa presentable. Ojalá se pudiera vivir de pijama, verdad? Todos seríamos felices, y estaríamos cómodos siempre.
Hice la cama o mejor dicho, arreglé algo las sábanas y luego tapé todo con el acolchado. Y después, abrí las cortinas para dejar que la luz reinara en mi habitación. Tomé mi skate, que se encontraba debajo de la cama y me marché. Claramente, antes de irme le avisé a mi padre, ya que sino estaría en severos problemas y además, no sólo no tendría mi celular por una semana, sino que el plazo se alargaría a un mes entero. Y no estaba dispuesta a que eso pasara. Mi celular era mi vida completa. Mi forma de escapar del mundo exterior.
Anduve por la avenida, e hice un truco de flip, Pop Shove-It. Este truco en que la tabla da un giro de 180º debajo de tus pies. Era sencillo, casi básico, pero me recordaba a los viejos tiempos en los que moría por saber hacerlo. Ahora sabía hacerlo, y con bastante  facilidad. Luego, hice un truco de grab, Melon. Este era un poco más complicado y recién el verano pasado lo había logrado hacer.
Anduve por un rato. Andar en skate me despejaba, era otra de las maneras que utilizaba para "desconectarme" del mundo exterior. Una vez que mis pies ya estaban cansados de tanto movimiento, volví caminando a mi casa. Sostenía el skate desde las ruedas delanteras, y caminaba con la cabeza baja.
Caminé por unos minutos, hasta que llegué. Abrí la puerta delantera y entré. Grité un "hola general" para toda persona que estuviera dispuesta a escucharme. Dejé mi tabla cerca de la puerta, ya que probablemente saliera otra vez un poco más tarde y me dirigí a la cocina. Mi padre estaba apoyado en el marco de la puerta, y mi hermano estaba sentado, comiendo a la mesa.
- Hola
Dije, abriendo la heladera para ver qué había de comer.
- Hola, cómo te ha ido?
Me pregunta mi padre, poniendo un vaso, un plato y cubiertos en la mesa.
- Bien, gracias. Anduve un rato para despejar mi mente y eso..
- Eso está muy bien.
Me responde. Su tono era algo extraño, parecía cómo que necesitara algún favor de mi parte pero se animaba a decírmelo o algo así..
Y no estaba equivocada.
- Sofía, necesito que me hagas un inmenso favor hoy..
- Qué favor?
Le pregunto, sirviendo una ensalada y algo de carne en el plato que se encontraba en la mesa.
- Bueno, necesito que cuides a tu hermano.. Sólo por esta tarde. Unos amigos me invitaron a una cena y no tengo otra alternativa que pedirte a ti que cuides de Felipe. La abuela no puede, y tu tía tampoco..
- No hay problema, yo lo cuidaré
Dije, mientras dijería la comida. Le sonreí a Felipe, y el esbozó una pequeña y tímida sonrisa de respuesta. No era como si tuviera planes esta noche, así que sinceramente no me molestaba compartir tiempo con mi hermano. Desde que mamá había fallecido, él y yo nos habíamos vuelto más unidos que antes. Una conexión que sólo se establece cuando un hecho cómo ese ocurre. Un hecho que te hace más fuerte, te hace valorar a las personas que están a tu alrededor, ya que te das cuenta que de un día para el otro, simplemente, pueden irse.
- Puedo invitar a Johnnie?
Pregunté, esperando un sí de respuesta.
- Si, mientras se porten bien y tengan cuidado.
- Bien! Gracias papá.

Terminé de almorzar, y tomé el teléfono fijo para llamar a Johnnie.
- Hola! Soy Sofía
- Hola! Ha pasado algo? Te he mandado varios mensajes pero no  contestas.
- Ah, lo siento. Mi padre se ha enfadado conmigo por haber llegado tan tarde ayer y pues, me quitó el celular..
- Fue por mi culpa. Lo siento mucho, encerio, si quieres te puedo prestar mi celular.
Reí.
- No, está bien. Además no fue tu culpa, fue de los dos..
- Sí..
Johnnie rió y yo reí también.
- Pero en fin.. Te llamaba para preguntarte si quieres venir. Mi padre se irá, y me han dejado a cargo de Felipe.
- Sí claro, como no? A qué hora piensas que vaya?
- No lo sé, a la hora que tú quieras. Mi padre se va como a las seis de la tarde, y está de vuelta como a las once.
- Ok, si quieres puedo ir a las seis y media.
- Sí, seis y media está bien. Muchas gracias, te amo.
- No hay de qué. Yo te amo más.
- No, yo te amo más.
- No, yo.
- No,yo.
- Está bien, tú me quieres más. Pero lo digo sólo para que no gastes tanto dinero en el teléfono.
- Está bien, chau. Te amo.
- Te amo.
Luego de una larga llamada, corté. Subí a mi cuarto, y me tumbé en la cama, mirando al techo. Mi padre subió, para avisarme que ya se iba.
- Sofía, debo irme. Cuidate, y cuida a tu hermano, si?
- Ok, diviértete!
Le respondí, sonriendo.
Bajé las escaleras, para verlo partir en el auto. Me senté en el sillón, junto a Felipe, quién estaba mirando alguna serie cuyo nombre desconocía.
- Qué quieres hacer?
Le pregunto, alborotando su cabello.
- No lo sé, quieres jugar a las cartas?
- Sí, claro.
Estabamos en medio de una partida de cartas, cuando suena el timbre. Era Johnnie, lo podía deducir. "Deducir"? Patético. Quién más tocaría timbre a esta hora?
Abrí la puerta, para encontrarme con una persona de ojos azules parada, sonriente.
- Hola!
Exclama Johnnie, besando mi mejilla.
- Hola! Adelante, pasa.
Le respondo, haciéndole gestos para que pasara.
Felipe corre a su encuentro y lo abraza fuertemente.
- Johnnie!! Al fin viniste!
- Hola! Cómo estás?
Pregunta Johnnie, sonriendo.
- Bien, gracias. Mi hermana me está cuidando, porque mi padre no está.
- Ah, ojalá yo pudiera tener a alguien como tu hermana para que me cuidara.
Dice Johnnie, haciendo muecas. Reí, y lo tomé del brazo, dirigiéndome al sillón.
- Quieren jugar a las escondidas?
Pregunta mi hermano, alegremente.
- Sii!
Responde Johnnie, como si fuera un niño de su misma edad.
- Claro.
Respondí.

Jugamos a las escondidas por mucho rato, luego jugamos a los policías: un juego inventado por mi hermano, y también jugamos algunos juegos de mesa. El tiempo pasó volando.
- Debo irme.
Dice Johnnie, algo triste por tener que dejarnos a mí y a Felipe.
- Encerio? Ugh, que lástima.. Me gustaría que te quedarás.
- Sí, no puedes quedarte Johnnie?
Pregunta mi hermano.
- No, lo siento.
Responde Johnnie dándole palmadas en la espalda a Felipe.
- Está bien, te acompañaremos a la puerta..
Nos dirigimos a la puerta, Felipe lo abrazó, despidiéndose de él. Yo lo besé y lo abracé fuertemente, y seguido de eso, se marchó.

Nota del autor: Hola! Les ha gustado el capítulo? Lo he terminado de escribir a las dos de la mañana. De verdad.
No logro terminar de escribir a horas más razonables nunca. Pero, espero que haya valido la pena y que les haya gustado.
Los quiero
Saludos,
- Sofía.

I will follow you into the dark. (A Johnnie Guilbert Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora