Capítulo 2: Fisioterapeuta

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Naruto Namikaze

Por fin había conseguido mi plaza como médico en el mejor hospital de la ciudad de Tokyo, tras un año siendo fisioterapeuta, ahora a mis veintisiete años había podido sacarme la plaza fija para trabajar de lo mío, traumatólogo. Toda la carrera había sido una pesadilla, me gustaba la carrera y sabía que quería ser médico así como mi hermano Deidara, dos años mayor que yo, sabía que quería ser veterinario, pero aún así, había sido muy duro y eso que prácticamente me la saqué a curso por año. Fueron los años más tristes de mi vida, me dedicaba a estudiar como el que más para poder llegar pronto a ser médico y es que mi familia no era precisamente que estuviera sobrada de dinero, siempre íbamos muy justos.

Mi madre, Kushina Uzumaki trabajaba en un pequeño periódico. Estaba muy ocupada y liada con su trabajo, pero cuando llegaba a casa, siempre tenía esas dulces sonrisas con nosotros. Era la mejor madre de todas, sé que lo intentaba con toda su alma y aunque el trabajo la mantenía siempre muy liada, sacaba tiempo para estar con su familia. Mi padre, Minato Namikaze era profesor de instituto, daba matemáticas y a veces... le mandaban dar un montón de clases más cuando faltaban el resto de profesores y es que ese director que tenían era horrible, siempre trataba de hacerle la vida imposible a mi padre pensando que él quería ser director, pero mi padre ni siquiera se lo había planteado, él sólo quería ser profesor, le gustaban los niños y quería enseñarles, darles clases, no quería ocuparse de la burocracia de un instituto, pero el director pensaba que la popularidad de mi padre entre la junta de profesores, los alumnos y los padres, harían que se plantease quitarle el puesto, cuando no era cierto.

Mis padres habían tenido tres hijos, Deidara que era el mayor, yo como el segundo y finalmente nuestra hermanita favorita, Ino que aún estaba en el instituto. Supongo que les vino de rebote cuando ya no se la esperaban y aunque me gustaba meterme con ella diciéndole eso, ella sonreía siempre, era la chica más alegre que jamás había visto. Supongo que mis padres aún tenían demasiada fogosidad en su interior.

Caminé por los pasillos del hospital hacia mi consulta... ¡Mi consulta! Que bien sonaba eso, era perfecto. Konan, mi enfermera de recepción me saludó cortésmente al verme entrar y le pedí que empezase a llamar a los pacientes. Me encantaba ser traumatólogo, me encantaba poder sanar las lesiones y es que además... en mi tiempo libre que ya no era mucho, iba como médico deportivo a los partidos de un equipo de balonmano. El mejor amigo de mi hermano, Itachi Uchiha jugaba en él.

Aún no me había puesto la bata cuando el teléfono sonó y al descolgarlo, Konan me avisó que tenía una llamada de mi hermano. Sonreí y le dije que me la pasase de inmediato, tenía muchas ganas de hablar con él y es que desde que se había casado con ese tal Orochimaru... casi no le veía el pelo, pero sé que estaba bien, él siempre me hablaba de que se había montado su propia clínica veterinaria y que el trabajo le iba estupendo... yo no sé si podía decir lo mismo de su matrimonio, porque jamás me hablaba de su esposo. De hecho... ni siquiera le veía enamorado pero jamás se lo dije, supongo que para haberse casado con él debía quererle.

- Naru - me llamó mi hermano en tono cariñoso – felicidades por la plaza, ya me han llegado las noticias.

- Parece que las noticias vuelan – le dije sonriendo – muchas gracias Dei. ¿Cómo te has enterado? Creí que vendrías mañana a comer a casa de nuestros padres y aprovecharía para darte la noticia – le comenté.

- Ya sabes como son los papás, no han podido aguantar la noticia, pero yo me alegro mucho, sé que lo harás muy bien y quería darte ánimos en tu primer día.

- Gracias Dei. ¿Te va todo bien? Hace mucho que no nos vemos ¿Cuándo quedamos a tomarnos unos sakes? – le pregunté y él sonrió.

- Pronto – me dijo – he estado algo ocupado, ya sabes... la clínica me tiene hasta arriba de trabajo.

Un médico para papá (Naruto: Naru-Sasu, Ita-Dei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora