Capítulo 43: Vida

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Naruto Uzumaki

Un año llevábamos juntos Sasuke y yo. Estos últimos meses juntos y con su vista recuperara, yo sabía que había pegado un gran cambio, ya no se parecía en nada a aquel chico asustadizo que no dejaba de pensar en el miedo que tenía a salir de su casa, ahora hasta iba a llevar a Yuuki a clases él solo. Se había apuntado a las reuniones de los padres, hablaba con los profesores y no volvimos a tocar el tema de Sakon, Ukon o cualquiera de esa familia.

Aún no habíamos tenido la conversación con Yuuki sobre su padre, al menos no Sasuke. A mí me preguntó una vez y por sus preguntas, supe que ella ya conocía la identidad de su padre, pero no quería conocerle, pasaba del tema y cuando los profesores o sus amigas le preguntaban por su padre, ella respondía que yo era su padre, algo que me halagaba, para mí Yuuki siempre había sido como una hija para mí, la adoraba.

Este año para Navidad había hecho una función de teatro con los de su clase y tanto Sasuke como yo habíamos ido a verla. Ella sonreía mucho y disfrutaba de nuestra compañía. Era cierto que a algunas personas les resultaba extraño ver a dos hombres juntos con una niña, pero nosotros no hacíamos caso de todo eso, demasiadas cosas buenas teníamos como para pensar en las malas, con ser felices nosotros nos bastaba.

Si la gente hubiera conocido a Sasuke un año antes, seguramente no lo habrían reconocido y menos yo. ¿Quién me hubiera dicho que ese chico altanero, orgulloso, mimado y miedica iba a superar su trauma? Pues lo hizo, costó horas de psicólogos y mucha paciencia pero lo había conseguido. Aún seguía en terapia, le gustaba hacerla y yo veía como eso le animaba a seguir adelante, le ayudaba mucho y tampoco estaba dispuesto a dejar que dejase algo que le favorecía tanto.

Era un chico completamente diferente, había vuelto a estudiar, estaba en la universidad cursando medicina, decía que quería ser como yo y ayudar a otra gente. A mí me parecía bien siempre y cuando no intentase ligar con sus pacientes como me había pasado a mí con él, pero él siempre sonreía, me llamaba "idiota" y me besaba diciéndome que yo era el único con quien él deseaba estar.

Había cambiado tanto nuestra vida, ahora éramos como un par de colegiales, el sexo entre nosotros fluía con naturalidad y hasta en el propio espectáculo de nuestra hija, nosotros nos encerramos en el aseo para practicar sexo mientras Yuuki se cambiaba y se quitaba el maquillaje de la obra para venir a buscarnos. Eso nos daba unos minutos muy valiosos.

No tuvimos mucho tiempo antes de que Yuuki saliera, así que nos recompusimos un poco después del sexo y salimos a buscarla. Me gustaban los ojos de Sasuke y más ahora que tenían esa mirada, ahora que veían el mundo tal y como era. Estaba dispuesto a darle la segunda ronda una vez en casa, porque había pensado en dejar a Yuuki con mi hermano Deidara esta noche, tanto Itachi como Deidara querían ir a ver una película con ella y es que adoraban a su sobrina.

Preparamos la cena pero antes de que terminásemos de prepararla, cogí a Sasuke de la cintura y lo levanté sentándole encima de la encimera besando su cuello. Le escuché sonreír y comentarme que parase, que estaba preparando la cena pero a mí me dio igual y al ver su agradable y juguetona sonrisa sabía que no lo decía enserio, quería jugar conmigo tanto como yo deseaba jugar con él.

Besé sus labios con pasión acariciando con mi mano derecha su mejilla en dirección a su nuca. Le agarré con cierta fuerza obligándole a acercar su rostro aún más al mío hasta que mi lengua se apoderó de toda su boca. Podía explorarle a mi gusto y él se dejaba. Aprovechaba a jugar con mi lengua mientras yo me deleitaba en aquel fogoso beso que me excitaba como nunca.

Sentí los largos y finos dedos de Sasuke agarrando mi cabello, siempre le había gustado hacerlo y es que no paraba de repetirme desde que había recuperado la vista, que le gustaba el color de mi cabello, que le gustaban mis ojos azules que le miraban con intensidad. ¿Cómo no iba a mirarle con intensidad si él era a quién más amaba en este mundo? No soportaría la idea de perderle, él era a quien tanto había estado buscando.

- ¿Querías estrenar la cocina? – me preguntó Sasuke con una sonrisa y yo también sonreí.

- Sí, era el único sitio de toda la casa donde no había tenido sexo contigo aún.

- Eres todo un caso Naru – me dijo – pero me gusta la idea.

Sonreí y empecé a bajar con suavidad la cremallera del pantalón de Sasuke para meter la mano en busca de su miembro. El tema de niños no lo habíamos vuelto a tocar desde hacía más de un año. Al principio gastábamos mucho en preservativos, ahora directamente, Sasuke había empezado a utilizar métodos anticonceptivos y es que nos gustaba más a ambos hacerlo sin el preservativo, supongo que lo sentíamos más y eso era bueno.

Del tema niños no quise decir nada más y es que suponía que no estaba preparado para tener otro, no por el momento y menos ahora que había empezado de nuevo a estudiar y a ir a la universidad, tendríamos que hablar de esto cuando acabase la carrera y yo creía que era lo mejor. Aún éramos jóvenes para complicarnos la vida y teníamos a Yuuki, con una niña por la casa ya nos bastaba por el momento. Sé que tendríamos más niños pero eran un cambio tan radical lo que suponía en nuestras vidas, que preferíamos esperar al momento idóneo para el siguiente.

Sasuke gimió ahogando el sonido en mi boca y es que no pensaba soltarle ni un segundo. Masajeaba su miembro con lentitud, sacando cada vez más gemidos y escuchando como me pedía que aumentase la velocidad, pero a mí me gustaba hacerle sufrir un poco y mantuve este ritmo hasta que prácticamente me gritó que lo aumentase de una vez llevado por la excitación que tenía, fue cuando empecé a aumentar un poco más el ritmo, acariciando todo su miembro y lamiendo la punta de su miembro hasta meterlo entero en mi boca.

Sus intensos gemidos y jadeos eran música para mis oídos, me gustaba hasta cuando tiraba de mi cabello con cierta fuerza y es que para nada era ya el mismo Sasuke que antaño, estaba mucho más decidido, se había vuelto más terco y orgulloso, pero también empezaba a mandar más sabiendo dónde tenía yo mi límite, a veces le dejaba, me gustaba cuando tomaba el control. Alejó mi boca de su miembro guiando mi cabeza hasta su rostro para besarme con pasión, Sasuke se había vuelto así, un año de terapia y era un chico completamente diferente, más seguro en sí mismo. Sé que no podría olvidar todo lo que vivió en su juventud, pero lo llevaba cada vez mejor. Si antes siempre pensaba en el desgraciado que le había destrozado la vida, ahora ni lo hacía, sólo pensaba en su hija, en su vida y en mí, porque íbamos a ser felices, yo le haría feliz todos los días de mi vida si fuera necesario.

Aproveché que ya estaba cerca del rostro de mi chico para meter mis dedos en su boca pidiéndole que los lubricase, porque yo ya no aguantaba más, el cuerpo de Sasuke me volvía loco y en cuanto los lubricó con esa sensualidad que sólo él tenía para lamerlos, los metí con delicadeza en su entrada preparándole. No dejé de masajear su miembro mientras tanto aunque Sasuke esta vez más decidido, me quitó la camiseta lanzándolas contra el fregadero y empezó a desabrocharme el pantalón hasta que cayó a mis tobillos. Sasuke no dejaba de sonreír y a mí me encantaba verle tan animado, me gustaba verle feliz.

Le acerqué hasta el borde de la encimera para dejar su entrada más accesible y entré en él despacio pero sin detenerme hasta que llegué al fondo escuchando su jadeo. Me moví en él, mis caderas iban solas y es que me volvía loco, estaba muy excitado y escuchar sus intensos gemidos de placer no me ayudaban a controlarme. Acabé en su interior pero no salí, sabía que él no había terminado y metí de nuevo su miembro en mi boca moviéndola hasta que conseguí que se corriera en el jadeo más intenso de todos los que había soltado con anterioridad.

No tuve más remedio que tragarme todo su semen. No era un sabor que me gustase, de hecho lo odiaba pero yo por Sasuke hacía lo que fuera, incluso tragármelo. Sasuke sonrió y sabiendo que no me gustaba para nada tragarlo me pidió entre risas que lo escupiera en la fregadera y así lo hice. El semen de Sasuke era muy espeso, costaba hasta tragarlo, aún así... ese chico seguía excitándome como el que más.

Ambos nos miramos en cuanto lo escupí en la fregadera y empezamos a reírnos a la vez mientras él bajaba de la encimera recolocándose las cosas y ayudándome a mí a subirme el pantalón y abrocharlo.

- ¿Seguimos con la cena? – me preguntó.

- Sí – le dije sonriendo – pero no comas mucho, que luego te espera el postre – le dije sonriendo y él sonrió conmigo.

- Eres insaciable.

- Te amo – le dije – te amo demasiado Sasuke.

Un médico para papá (Naruto: Naru-Sasu, Ita-Dei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora