Capítulo 6: Despedido

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Sasuke Uchiha

Por fin se había largado ese plasta, no me gustaba nada la idea de que un médico al que no conocía de nada estuviera aquí cerca de mí. No me gustaba la gente nueva, no me gustaba salir de mi casa y a veces... tenían que obligarme a salir al jardín, casi siempre Yuuki porque yo lo odiaba, no quería nada de la calle, estaba muy bien dentro de mi casa, en mi habitación, en la azotea leyendo un libro en los cómodos sofás o haciendo lo que me diera la gana. ¿Echaba de menos mi vista? Continuamente porque yo no había nacido ciego, sabía lo que era el mundo y para mí... el mundo era un lugar terrible, tenía inseguridad y sólo traía desgracias, en casa no había nada de eso.

Sé que mi hermano Itachi estaba muy preocupado por mí, que deseaba verme salir de la casa, pero llevaba desde los trece años encerrado aquí entre estas cuatro paredes, ciego y sin nada qué hacer excepto leer. Leía mucho y agradecía haber pasado por esa incesante ayuda cuando me quedé ciego, porque tuve que aprender a valerme por mi mismo. Mis padres habían contratado a un profesor particular que venía un día a la semana a darme lecciones, bueno... actualmente venía una vez por semana, cuando me quedé ciego con apenas doce años, venía todos los días a ayudarme.

Me enseñó a leer, a hacer caso a mis sentidos, me enseñó todo. Me caía bien aquel profesor, se llamaba Pain y era él quien me traía libros y más libros en Braille para que yo pudiera leer. Mis padres o mi hermano a veces también me compraban alguno, tras tantos años aquí encerrado, ahora tenía una gran biblioteca, pero es que no tenía otra cosa que hacer en esta casa. Solía estar solo por las mañanas, mi hermano trabajaba, mis padres también y Yuuki iba a la escuela.

Odiaba que ella fuera a la escuela, no me gustaba que saliera al mundo. Yo siempre había pensado de él que era demasiado trágico, había demasiados problemas ahí fuera ¿Por qué querría una vida desgraciada para mi hija? No la quería, pero mis padres me obligaron a escolarizarla, así que no me quedó más remedio ya que vivía aún bajo su techo que hacerles caso.

Puede que odiase salir fuera, pero también es cierto que a veces echaba de menos muchas cosas, no podía ir a una cafetería, no podía ir a un videoclub a coger películas, ni siquiera podría verlas... no podía ir al parque con mi hija, no iba a presenciar sus obras de teatro, era mi hermano quien siempre iba a las reuniones de los padres en el colegio... muchas cosas normales yo no podía estar con ella, pero es que la calle ya no era para mí. Supongo que mi hija era mucho más valiente que yo. Yo sólo me había recluido aquí dentro para protegerme de todo y de todos, sólo era un cobarde que alejaba a la gente de mí por miedo a que me fallasen, por miedo a que me hicieran daño de nuevo, pero jamás les diría que tenía miedo, era un Uchiha y como tal me comportaría, mi orgullo siempre estaría por encima.

Del médico que habían traido... creo que era simpático, era un buen chico pero yo ya no necesitaba a gente a mi alrededor, me había acostumbrado a la soledad de la casa, a no tener visitas excepto las puntuales, Pain de vez en cuando, mi profesor particular dos días a la semana, nuestro médico Kakashi y poco más, ni siquiera conocía a los jardineros, no me interesaba.

Yuuki volvió aquel día muy animada del colegio y subió enseguida a la azotea pataleando como siempre hacía al subir corriendo las escaleras. Abrió la puerta y sentí aquel ruido estruendoso en el sofá, había lanzado su mochila contra él seguro. Al segundo, ya sentía como se abalanzaba sobre mí y aparté el libro dejándolo en la mesa para poder abrazarla mejor y sentarla en mis rodillas.

- ¿Qué tal ha ido el colegio? – le pregunté.

- Ha ido genial – me dijo – ¿Quieres ver mis notas? – me comentó divertida.

Un médico para papá (Naruto: Naru-Sasu, Ita-Dei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora