Connor Aldrin
-¿Si es ella verdad?- me preguntó Milles luego de haberse robado una de mis papas fritas.
-Si- asentí sin darle importación y tomé mi soda para después darle un sorbo.
-¿Quieres ir a saludar?
Abrí los ojos grande y negué con la cabeza rápidamente mientras seguía tomando de mi soda.
-¿Crees que Piper este en el auto?- lo vi estirarse y reí. En serio estaba tratando de ver a través del parabrisas.
-Todo es posible- le dije luego de bajar la soda.
El amigo de Riley se fue unos minutos después mientras que Milles y yo seguimos platicando en el lugar luego de haber terminado con nuestra comida.
Estaba cansado, todo el día de hoy había estado fuera y no podía dejar de pensar en el feliz momento en el que finalmente me recostara.
Nos separamos en el estacionamiento de los hot dogs luego de habernos despedido y fui hasta mi auto para después conducir hasta mi apartamento.
Unos minutos después llegué, estacioné el auto y bajé de éste cuando ya tenía mi maletín. Abrí la puerta de mi apartamento y dejé mi maletín sobre la mesa de centro de la sala. Fruncí el ceño el foco del pasillo prendido. Siempre dejaba todo apagado excepto el de afuera y el de la cocina.
Tomé mi bate de béisbol, el cual estaba justo a lado de mi perchero. Seguí caminando lo mas silencioso que podía y abrí la puerta de mi habitación. Levanté el bate a la defensiva y exploré en mi closet y en mi baño. Todo parecía estar en orden, todo tal como lo había dejado, a excepto del foco. Aquí igual estaba prendido. Salí de mi habitación y noté por debajo de la puerta de mi estudio que igual ahí el foco estaba prendido, abrí la puerta rápida y bruscamente y luego llevé esa mano al bate.
La vi voltear luego de haber saltado por el susto, llevó una de sus manos a su pecho y rió un poco. Dejó su frente recargada en el escritorio y unos segundos después levantó su cabeza.
-Lamento haberte asustado.
Vi como se impulsó de mi escritorio para girar y se detuvo cuando quedó cara a cara conmigo.
-Lamento estar aquí.
-Eso no es mucho problema- dejé el bate a un lado del bote de basura y comencé a acercarme un poco a ella.
Sus ojos estaban fijos en los míos, vi como sus labios se fruncieron un poco y después se levantó.
Me mostró su llave y yo reí un poco al verla.
-Debí suponer que eras tu, todo estaba en orden como para que fuera un asaltante o alguien así. Además de que como siempre tienes todos los focos prendidos.
-Pero no supusiste así que...- levantó los hombros y me dio la espalda.
Me acerqué mas a ella y cerré la puerta detrás de mi.
Me coloqué a su lado y la vi observar el dibujo que había hecho de ella.
-Me gustó mucho.
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Cuando la vida se complica
Teen FictionRiley Bellamy tenía problemas en su inexistente vida amorosa. No era el tipo de mujer que un hombre quería; Ella era feminista y era conocida por eso pues era una famosa escritora de libros de consejos y autoayuda para mujeres además de comunicadora...