Capítulo 23 - Ayudame, he estado pensando mucho.

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Connor Aldrin.

Una semana, es el tiempo que había pasado con Jess en Soho. Fuimos a visitar a nuestros padres, vimos varias casas y estuvimos en varios juegos de béisbol cosa que a ambos nos gustaba mucho. También salimos a hacer ejercicio, salimos a comer, vimos series y salimos a varios eventos y fiestas. Fue la semana más activa considerando que casi teníamos un amor perezoso.

—Nos vemos en un par de días, ¿Verdad?

—No me perdería tu fiesta de cumpleaños.

—Más te vale.

—Allí estaré— se acercó para abrazarme entonces correspondí a su abrazo. Besé sus labios cortamente y después de separarme tomé mi maleta.

—Nos vemos.

—Nos vemos.

Me alejé de ahí para después abordar mi avión. Un par de horas después estaba en Seattle.

Llegué a casa gracias a un taxi y dejé mi equipaje en mi cuarto.

Tomé mi celular del bolsillo de mis jeans y llamé a Riley.

—¿Connor?

—Hola, quería decirte que ya llegué. Estoy en mi apartamento y sólo quería avisarte.

—Está bien, eso es bueno. ¿Cómo estuvo tu vuelo?

—Estuvo bien, ¿Cómo estuvo tu semana?

—Bien, bastante ocupada.

—¡Cierto! El programa, lo olvidé. Felicidades.

—Gracias.

—¿Cómo te va?

—Es todo genial, extrañaba estar en algo.

—Me alegro por ti. Espero que te siga yendo bien.

—Bueno, ¿Y tu qué tal?

—¿Quieres saber cómo estuvo mi semana?

—Pues si.

—Estuvo excelente. Estuve saliendo mucho con Jess lo cual me sorprendió bastante pues somos más de estar en la cama todo el día.

—Es bueno cambiar la rutina.

—Si, fue divertido.

—Me alegro por ambos.

—¿Qué tal la pandilla? ¿Algo nuevo?

—La pequeña Sarah quiere mucho a Milles y eso que suele darle miedo a los niños. Nos dimos cuenta de que está demasiado apegada a él.

—¿En serio?

—Si, pero es lindo así que ya no me da tanto miedo por parte de Emily.

—Te dije que sería un buen tío.

—¡No te he dicho lo mejor!

—¿Qué pasó?

—Los chicos hicieron ir a Tyron a un tabledance y al salir estaba todo brilloso de la cara. Dijo que su cara estuvo entre pechos lo cual fue muy rápido ya que 10 minutos antes ni siquiera los había tocado.

—¿Tyron nunca había tocado pechos?

—No, por eso los chicos lo llevaron.

—Déjame adivinar, idea de Kevin.

—Exacto.

—Suena a que se la pasaron bien.

—Si, fuimos a comer a Roxys y adivina.

Cuando la vida se complicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora