Riley Bellamy
-¡No, no, no!- lloriquee al darme cuenta de que había perdido otros Jeans -Tienes que dejar de crecer o no podré ocultarte- hablé con mi pequeña barriga de poco mas de dos meses.
Me deshice de los jeans que no me pude cerrar y busqué unos que vinieran un poco más amplios.
Tras varios intentos fallidos conseguí unos negros.
Me los coloqué y armé mi conjunto. Una blusa negra, un abrigo gris, botas negras con un poco de tacón, un enorme bolso con el cual me cubriría el vientre y unas gafas para el sol.
Hoy iría a mi primer revisión, debió haber sido hace un par de semanas pero no lo hice, pensé que tal vez Connor querría ir pero ya que nunca apareció decidí ir por mi cuenta.
Estaba mejor, así él se ahorraba los problemas con Jessalyn y yo hacía todo a mi manera.
-¿Luzco embarazada?- me pregunté a mi misma mientras me miraba en diferentes ángulos por el espejo -No aún- me dije luego de haberme convencido de que mi barriga era de un tamaño muy pequeño.
Salí finalmente de mi habitación y luego de la casa. Subí a mi auto y conduje, no solía hacerlo muy seguido. Decidí llegar por un café pues tardé demasiado desayunando que tuve que saltarme el café para no perder mi cita.
Se que debía reducir la cafeína pero era adicta a ella así que el tomar sólo una taza al día para mi ya era reducir.
Como sea entré a la cafetería e hice mi orden. Pedí el vaso pequeño y una dona de chocolate.
Salí del lugar mordisqueando mi dona luego de haber recibido mi café y haber pagado por esto y mi suerte empeoró.
-Primero mis jeans y ahora esto- hablé con la boca llena mientras subía a mi auto tratando de esconderme.
Encendí el auto rápidamente y arranqué, la verdad es que ya no quería nada con Connor y creo que esto sería bueno para ambos.
Estacioné fuera del consultorio, bajé del auto cubriendo mi vientre con mi bolso y apenas entré al lugar me quité las gafas de sol. Me senté en una de las sillas luego de anunciarle a una secretaria que acababa de llegar. Ella me dijo que era la siguiente entonces simplemente esperé.
Una nena de no mas de 4 años se acercó a mi y me mostraba una de sus princesas.
-¿Y ella quién es?- le pregunté exagerando estar muy sorprendida.
-Banca Neves- me respondió con una voz tan adorable que pude haberme derretido por ello.
-¿Y ella?- señalé a otra de sus muñecas.
-Aulola.
-Si, de la bella durmiente- le dije sonriente -¿Y ella?
-Punzel
-Rapunzel, muy bien- le mostré mis 5 y ella dejó caer sus muñecas para poder chocar sus 5 conmigo.
Miró sus muñecas tiradas con una graciosa cara de sorprendida y luego a mi, yo imité su gesto y ambas reímos. Tomé sus muñecas y se las di.
-Gacias- dijo dándome una tierna sonrisa mostrándome sus dientecitos.
-De nada.
Me abrazó por las piernas y escondió su rostro entre estas. Reí y acaricié su cabello mientras miraba a los alrededores tratando de encontrar a la mamá de la pequeña.
Unos minutos después una mujer se acercó a mi y se disculpó diciendo que había ido al baño y que se la había encargado a su hijo quien estaba muy pegado a su vídeo juego.
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Cuando la vida se complica
Fiksi RemajaRiley Bellamy tenía problemas en su inexistente vida amorosa. No era el tipo de mujer que un hombre quería; Ella era feminista y era conocida por eso pues era una famosa escritora de libros de consejos y autoayuda para mujeres además de comunicadora...