Capítulo 2

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Desperté con la pequeña mano de Joey en mi cara, me había dado un golpe. Joey dormía con el cuerpo retorcido, igual a mí.

Mis chicos dormían plácidamente. Louis no iría a trabajar hoy, así que lo dejaría descansar, siempre se despertaba a las cinco o seis de la mañana.

Fui al baño a realizar mis necesidades y cepillar mis dientes.

Con el dolor de mi alma, le di suaves golpecitos a Joey en su estómago.

—Amor... —susurré—... Jo. Bebé —acaricié su alborotado cabello, le urgía un corte.

Joey estaba en segundo año de preescolar.

—Cariño, despierta príncipe —él abrió un ojo y luego el otro, le sonreí—. Hay que ir a la escuela.

—Cálgame —extendió sus brazos y lo cargué, sus piernas rodearon mi cintura y su cabeza cayó pesadamente en el hueso de mi hombro.

—Hoy te salvas de un baño mi amor, hace mucho frío. Te voy a asear ¿sí? —él hizo un ruido indicando que sí pero con flojera.

Lo llevé a su dormitorio, lo puse de pie en su baño—. Lávate la cara mientras.

Salí y Harry estaba estirándose en su cama, él me miró—. Buenos días hermosa mujer.

Su voz sonó grave. Harry me recordaba a su verdadero padre.

—Buenos días y gracias por el cumplido mi amor —le sonreí.

—Te amo mamá.

—Sí pero ella es mía —me giré para ver a Louis en la entrada de la habitación.

—Celoso —puse los ojos en blanco y regresé la vista a Harry—. Amor, cámbiate y bajas a desayunar ¿sí?

Él asintió. Louis me miró cuando pase a su lado—. Buenos días también Lyn.

Su sarcasmo me hizo regresar y darle un beso en los labios.

—Asco —dijo Harry en un susurro y dándonos la espalda, me reí.

—Buenos días mi amor. Iré a ver a Jo —Louis asintió.

Cuando entré, me enternecí al verlo. Joey estaba dormido sentado en la tapa del retrete, recostando su cabeza al lavamanos.

—Bebé, ven aquí —él abrió sus ojos y lo cargué—. ¿Quieres ir a la escuela?

—Tengo chueño y flio.

—Vamos a decirle a papá, a ver que dice —salí del baño—. Lou, Jo no quiere ir a la escuela.

—Que no vaya entonces.

—Papá dice que no irás, así que... no irás, solo ponte un abrigo y bajas a desayunar.

—Las mamás y los abrigos —dice Louis retirándose. Bajo a Joey y sigo a mi marido.

El piso se siente frío contra mis pies descalzos. Louis estaba entre la cama con Sandy, Sarahí probablemente se haya cambiado para estar con su papá. Decidí darles su espacio y bajé.


*


— ¡Chicos, a desayunar! —solo un gritó bastó para que los cinco bajaran corriendo por las escaleras dejando atrás a Sandy. Louis tomó su lugar al igual que todos.

—No se vale, papá es un tramposo ahí voy yo —dijo queriéndolo empujar aún sentado pero obviamente no lo movía.

—Que fastidiosa eres Sandra —le dijo él y se sentó a mi lado.

—No me llamo Sandra, solo Sandy – replicó. Odiaba la broma de Louis.

Comimos riendo por las pláticas de Sarahi, era la graciosa de ellos, la bipolaridad de Sandy, la dulzura y coqueteo de Harry, y la ternura de Joey. Y todo eso más Louis, yo ni siquiera podía hablar o comer bien, porque estaba riendo todo el tiempo.

—Bien, ya es suficiente por hoy —dije soltando la última risa—. Papá irá a dejarlos a la escuela.

Me puse de pie para recoger todo. Louis se puso una sudadera. Estaba todavía con la ropa de dormir pero es Louis Tomlinson.

Realmente no le interesa.

Agarró las llaves del auto. Se despidió de mí, cargó la mochila de las gemelas y de Harry. No estaba lloviendo pero hacía frío y estaba empezando a nevar. Las niñas y Harry se despidieron de mí y salieron corriendo mientras Louis calentaba el motor del auto.

Salí de la casa sintiendo el frío contra mí.

—Vives quejándote del abrigo a los muchachos y tú no lo aplicas —dijo Louis de pie fuera del auto.

—Ellos son niños Lou —me acerqué a él, dando gracias que el estacionamiento tenía techo.

Se apoyó del auto como un chico malo y me tomó de la cintura.

—No ven eso niñas —susurró Harry desde adentro en sus asientos. Me reí.

—¿Vas a ir al Green, hoy? —preguntó Louis.

—Sí, ¿por?

—Podríamos quedarnos en casa, Joey se duerme a veces y...

—Lou, los chicos escuchan —susurré.

—Ya que me has entendido...

—No puedo quedarme, ni siquiera he leído los mensajes pendientes. Necesito hacer muchas facturas y revisar que todo esté bien.

—Escucharte hablar de negocios es caliente —me abrazó—. Haces que quiera darte un revolcón aquí mismo —susurró en mi oído. Y sopló causándome escalofríos—. No tardo mi amor —besó mis labios, mordiendo rápidamente y metiéndose al auto.

Entré a la casa y me quedé mirando la sala. Todos, absolutamente todos los muñecos y otros juguetes de Joey estaban tirados por doquier. Cerré la puerta.

¿Cómo lo hizo tan rápido? No sabría decirlo. Escuché que el portón del estacionamiento se cerró.

—¡Joey Tomlinson Styles! ¡Si no salea ahora mismo, mamá irá a ti! ¡Y te hará cosquillas!

Escuché su risita en el armario de Louis, tenía cajas de herramientas y las cosas peligrosas as tenía hasta arriba fuera del alcance de Joey. Y ahí estaba, sonriendo cubriendo su boca de una sonrisa traviesa.

Él tenía un trauma con The Avengers. Y ahora mismo tenía una sudadera de ellos debajo del enterizo de colores. Salió de su escondite y cerré la puerta.

—¿Pol qué me llamo Joey?

—Porque a tu papá le gusta una banda que se llama Slipknot. Y el baterista se llama Joey Jordison.

—Me gusta.

—Lo sé. Ahora recoge tus juguetes y acomódalos de donde los sacaste.

—Ugh, de acueldo.

—Sin rezongar Tomlinson.

here we are again  #2; louis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora