Capítulo 18

80 44 34
                                    

—Louis... ¿qué diablos...? Son las dos de la mañana —suspiré pesadamente frotándome los ojos.

—Sandy se puso mal, bueno...no mal, bueno...

—Oye, tranquilízate y explícame bien ¿sí? —mi voz salió demasiado ronca. Me senté.

—Sandy no deja de llorar, ella quiere verte, Brooklyn. El médico viene en camino, me dio muchísima pena tener que hablarle pero la niña tiene mucha fiebre y me voy a volver loco —dijo rápido.

—Primero que nada, cálmate maldita sea. Segundo, estaré allí en breve —colgué.

Solo me puse mi único trench color negro –tenía algunos de otros colores–, peiné mi poco cabello, busqué las llaves del auto por toda la habitación, pero recordé que estaban abajo.

Prácticamente corrí por las llaves, las del auto y de la casa.


*


El médico estaba viendo a la niña. Al fin se había controlado, cuando me vio entrar, la abracé y se calmó. A una madre no le gusta ver que sus hijos se enfermen.

—Ella está mucho mejor, hace media hora estaba hirviendo y estuve a punto de decirle al señor Tomlinson, que la llevaran a urgencias, pero nada malo pasó.

Louis salió de la habitación para hablar con el médico. El cuál se despidió de mí con un breve asentimiento cordial. Me senté en la cama de Sandy, aún estaba caliente. Mi niña, tan hermosa. Odiaba que se enfermaran, se veía tan débil y...

—¿Puedes quedarte por hoy? —me sobresalté al escuchar su voz tímida—. Tengo miedo que vuelva a delirar y se altere.

Asentí—. Me quedaré con ella aquí.

—También yo, iré al sótano por un colchón que tengo —de nuevo asentí y salió.

—Ella se pondrá bien —por segunda vez en menos de un minuto, me sobresalté.

—Mierda, me has asustado —gruñí mirándolo. Estaba cerca de la ventana, mirando preocupado a mi hija. Su sobrina.

—Perdón —sonrió mostrando sus hoyuelos—. Se parece a ti, Brook. Es hermosa y tierna.

—Gracias, supongo. ¿Qué haces aquí? Estoy alucinando, ¿cierto?

Se encogió de hombros. —Un poco. ¿Cómo estás tú? No creas que sé todo lo que pasa en el mundo —se echó a reír.

—Físicamente estoy bien, solo estoy preocupada por Sandy.

—¿Ahora tú también deliras? —y por tercer vez, me sobresalté. Odio que hagan eso. Miré a Harry.

—No puede verme, pero estaré cuidándola ¿sí? Se va a mejorar. Te amo Brook —me sonrió y se desvaneció.

Louis tiró el colchón en el piso, le colocó una sábana y agarró una almohada rosa y grande, que estaba encima del baúl de las niñas.

—¿Cómo les fue a los niños estos días en la escuela? —pregunté mirándolo.

Él se acostó, colocando la almohada debajo de su cabeza—. Harry salió bien en su examen, las gemelas no tanto, y Joey, bueno, es Joey.

Reí.

—Sarahí está durmiendo en mi habitación junto con los niños, la cama es enorme y puede darse vueltas y vueltas. Los cuatro han dormido conmigo estos días —comentó mirándome desde su lugar.

here we are again  #2; louis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora