Capítulo 21

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Durante estos dos meses que han pasado, no he podido recuperarme del todo sobre la perdida de mi pequeño ángel. Los niños entendieron y les afectó pero lograron salir de esto. Al parecer, Louis también, puesto que ahora estaba más con su novia.

Matt y yo estábamos probando si se podía dar algo entre nosotros. Hacía una semana que le di una oportunidad, no le prometí nada pero aceptó que me conquistaría.

Creo que a él le dolió más la partida de mi bebé que a su propio padre. El cual se molestaba por estar con otro hombre, era tan estúpido. A mí no me molestaba que él estuviera con otra mujer, me molestaba que esa mujer tratara mal a mis hijos, ¿a quién no?

Hoy los niños estaban en otra de sus pijamadas con Jason Henderson, mejor conocido como Junior.

Yo recibí tres anónimos en estos dos meses, pero nuestra seguridad había aumentado y la policía trataba de investigar al remitente. Las cerraduras de la casa fueron cambiadas por si las dudas.

Me recuperé apenas hace un mes, seguí las indicaciones y ahora todo estaba bien con mi salud. El periodo se me había quitado hace dos semanas, y en esos días, la ginecóloga me inyectó el anticonceptivo, cosa que era estúpido ya que mi vida sexual era una mierda.

El timbre de la casa me sobresaltó, presioné el botón de la secadora y caminé hasta la puerta, miré a un chico con una caja en sus manos. Llegué hasta el portón y miré el logo de su camisa, era de una empresa conocida en Londres que se dedicaba a repartir paquetes locales.

—¿Brooklyn Styles? —preguntó del otro lado. Miré detrás de sus hombros, a lo lejos estaban dos vigilantes en cubierto, mirando al chico e inspeccionando a su compañero en la furgoneta con el mismo logo de sus playeras.

—Sí, soy yo.

—Oh, esto es para usted —alzó la caja beige, de tal vez, treinta por treinta centímetros cúbicos, con un lazo turquesa de adorno.

—¿Quién lo envía?

—Es anónimo, me pidieron estrictamente que no revelara su identidad hasta que usted lo abriera a solas.

—¿Todo bien aquí, señora? —dijo Phil detrás del chico, el cual se puso nervioso ante la fría mirada del hombre grande. Sabía su nombre porque Louis me lo presentó.

—Sí, me han enviado un paquete.

Ahora sí me atreví a abrir el portón. Phil agarró la caja y me la tendió, para después tomar la camiseta del muchacho y estrellarlo contra el portón, ahogué un grito cubriendo mi boca. El compañero de Phil estaba parado del lado del conductor en la furgoneta.

El deber de ellos era mantenernos a salvo pero ahora mismo tenía miedo.

—¿Quién te ha mandado? —amenazó Phil, con un brazo apretando la garganta del chico.

—E-es mi trabajo, señor —titubeó.

—¿Cuál es tu nombre?

—Morgan.

—Phil, la abriré —anuncié.

—Señora, no...

—La abriré —repetí, firmemente.

Con cuidado, alcé la tapa de la caja junto con el lazo adherido. Papel picado en tiras de colores blancos y turquesas, cubrían una prenda, tacones y un lindo accesorio.

—Todo está bien Phil, déjalo.

—¿Está segura? —preguntó con el ceño fruncido. Asentí. Su expresión se relajó bastante y soltó la camisa del muchacho, que salió casi corriendo hacía la furgoneta. Suspiré de alivio.

here we are again  #2; louis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora