Capítulo 8

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El diecinueve de diciembre nos llegó más rápido de lo que esperábamos. Estuve un poco distante con Louis, no me sentía cómoda. Pero con el paso de los días, el me devolvió la confianza con sus actos, y no con palabras. Me sentía confusa pero amada a la vez.

Habíamos visto a Danielle, Liam y a el pequeño Robbie.

Louis y yo solo habíamos tenido relaciones hace doce días, y desde entonces no hemos tenido intimidad. Y mi última inyección –que era en noviembre–, no me la había puesto. Así que esperaba lograr nuestra meta.

Las notas anónimas dejaron de llegar, algo que me tenía preocupada. Justamente, mañana haríamos el viaje a Doncaster, y su familia lo sabía. Él había pedido los días restantes de diciembre y Terry se lo había concedido. Styles' Greenhouse cerraría por esta temporada. Solo Marcus y Mary, iban a ir cada tres días a revisar que todo estuviera en orden.

Joey empacó algunos juguetes, lo ayudé a empacar sus cosas de limpieza personal y terminé con su ropa interior. Terminé con su maleta y la de Harry –que estaba en el baño–; y me dirigí a la habitación de las gemelas.

—¿Han terminado?

—Sí mamá —contestó Sandy y soltó una risa traviesa—. A Sarahí le gusta un niño —soltó y Sari le dio un codazo—. Eso dolió, pero es la verdad.

—¿Es cierto princesa? —ella asintió avergonzada—. Esto queda entre nosotras mi amor —le sonreí.

Cuando bajé, vi a Louis en el sofá, estaba dormido y cubierto con una frazada gruesa. Estaba por acercarme pero mi pie chocó con la mesita de centro, haciéndolo sobresaltar.

—Me has asustado Lyn —dijo entrecerrando sus ojos. Me senté a su lado cubriéndome las piernas.

—¿Qué estás haciendo aquí? – acaricié su muslo con mi mano.

—Me quedé dormido viendo el partido. Estuvo aburrido —bufó—. Ven aquí —abrió la frazada y me acosté con él, en modo cucharita.

Pero me giré mirándolo frente a frente.

—Podría quedarme aquí para verte Lou —susurré.

Él me sonrió, puso su mano en mi cintura y apretó suavemente.

—Quiero hacerte el amor Lyn, aquí mismo...

—Lou, los niños están... despiertos —farfullé.

—Son las once y media nena, ellos ya no bajan a esta hora bebé —su mano en mi cintura pasó a mi cabello, él puso un mechón detrás de mí oreja.

Y me besó rápidamente en los labios, mordiendo suavemente mi labio inferior e introduciendo su lengua en mi cavidad bucal. Él beso se tornó desesperado, deseándonos al máximo nivel. Louis se cernió sobre mí sin dejar de cubrirnos con la frazada. Besó mi cuello con frenesí, al mismo tiempo que metía sus manos por mi abdomen, gemí al sentir el contacto, haciendo que me pasara escalofríos.

Rodeé su cuello con mis brazos, profundizando nuestro caliente beso. Fue entonces cuando nos comenzamos a desnudar dejando las prendas encima de la alfombra, excepto las últimas prendas que nos separaban. Louis besó mis pechos haciéndome gemir de placer.

La frazada cubría nuestros cuerpos, a como pudimos nos quitamos la última prenda. Él sonrió y fue bajando dando besos, cuello abdomen, deteniéndose en el ombligo, agarré la frazada, solo mirando su cabeza cubierta, esto era erótico e íntimo.

Al no verlo, lo hizo aún más caliente.

Mordió mi piel suavemente y gemí cerrando los ojos. Sentí su cálida lengua en mi pelvis, grité divertida. Él se rio.

here we are again  #2; louis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora