Capítulo 30

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Tan pronto como Louis me estrella contra la puerta de mi casa luego de cerrarla, mi cuerpo reacciona conmocionado por la excitación. Me está besando en todas partes, labios, mejilla, cuello..., oh dios, el cuello. Y sus manos están también en todas partes, muslo, cintura y espalda. Mientras él hace maravillas con sus labios y sus manos, mi pie quita un tacón y luego el otro. Ahora él se tiene que inclinar para besarme de nuevo en los labios.

Su mano se envolvió con la mía, para caminar juntos hacia mi dormitorio.

La emoción me invade por todo el cuerpo y se desplaza de un lado a otro, no tiene nombre lo que me causa este chico. Lo amo tanto que ahora me siento segura de lo que viene en nuestro futuro. Porque él me prometió un futuro juntos y ahora estamos aquí para continuarlo.

Una vez llegando a mi dormitorio, enciendo la luz dejándola tenue. Nos quedamos de pie luego de cerrar la puerta, mirando la cama como el objetivo de nuestra situación.

Me siento nerviosa. Su mano aprieta la mía y se gira para mirarme —. ¿Estás segura que quieres hacerlo? Puedo esperar a que...

—Estoy más que segura —le sonrío para tranquilizarme más a mí que a él.

Louis me devora con aquella mirada pasional, el amor que desprende de sus azulados ojos me tranquilizan y me dan la confianza para saber que esto era real y sincero, me dan la confianza para querer desnudarme una vez más ante él.

—Desnúdate para mí, Lyn —pide suavemente a una corta distancia. Trago saliva. Guau. Esto era romántico y caliente —. ¿Estás nerviosa? —pregunta quitándose el moño de su camisa. Asiento porque era verdad —. Amor, hemos estado así muchas veces. Me sé tu cuerpo de memoria. Eres hermosa, nena —murmura mientras comienza a desabotonar su camisa por sí solo.

Cuando intento sacarme el vestido, él nota que no puedo llegar al cierre. Me ayuda deslizándolo por mi espalda. Se aparta mirándome y se sienta al borde de la cama con sus manos al costado encima del colchón. Mierda, esto es tan erótico.

Finalmente el vestido cae a mis pies y abre la boca al verme los senos desnudos.

—Lyn..., no cargabas sostén —dice boquiabierto. Veo como la manzana se mueve en su garganta —. ¿Por qué? Diablos, te llevé a un lugar sin sostén, oh santa mierda.

Me rio suavemente encogiéndome de hombros —. Se usa sin sostén, Lou. Creí que era obvio.

—Bueno, pues eso demuestra que no te estuve viendo las tetas —sonríe burlón.

—De hecho lo hiciste, pervertido.

—Da igual —su camisa estaba abierta y eso lo hacía ver jodidamente caliente cuando aún cargaba los pantalones y zapatos —. Nunca me cansaré de verte esos tatuajes —estira su mano y la tomo. Con la otra me agarra por el trasero para alzarme y sentarme en su regazo, a horcajadas sobre él —. ¿Con ropa o sin ropa, amor? —murmura besando mi mejilla —. ¿Recuerdas aquella vez en la biblioteca de tu tío?

Asiento recordando que me hizo el amor aun teniendo ropa puesta.

Su boca se une con la mía una vez más, y sus manos están en mi espalda. Recorriendo cada parte como si nunca hubiese sido tocada por él. Accidentalmente me froto contra él y siento lo duro que estaba debajo de sus pantalones. Gime y noto que sus manos se deslizan hasta su cinturón, para luego, desabrochar el botón y bajar la cremallera. Pero no deja de besarme.

—¿Qué es lo que quieres, Lyn? —gime contra mis labios. Me está observando y sus manos se están deslizando por mi estómago.

—A ti —suspiro cuando los escalofríos recorren mi cuerpo y mi mano se mete entre sus calzoncillos, buscando su sexo.

here we are again  #2; louis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora