Capítulo 3

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—Te iré acompañar con Joey, al Greenhouse ¿te molesta?

—Claro que no.

—Amor... ¿has pensado en tener otro bebé?

—¿Otro? ¿quieres otro? —pregunté sorprendida y el asintió como un niño, sujetó mi cintura — No lo sé. Me he estado inyectando dos meses después del nacimiento de Joey, no lo he dejado de hacer.

—Puedes decirle a la doctora que deje de inyectarte —sonrió—. Estamos jóvenes, podemos con otro. Estamos sanos... ¿otro bebé?

—Lou... Joey tiene cuatro años, esperemos un tiempo.

—Pero yo quiero otro bebé, hagamos grande nuestra familia —besó mis labios.

—Claro que sí, pero solo esperemos un tiempo ¿sí? Lo haremos especial.

—Eso me agrada —besó mi nariz—. Vamos a fingir que...

—¡Papá! Ayúlame con esto – pidió Jo.

—Espera déjalo ahí —caminó hacia él, todavía no terminaba de guardar los juguetes.

Ese Vamos a fingir, de Louis. Me traía buenos recuerdos.


*


Unos jeans ajustados, sweater rojo, botines negros de temporada –con plataforma de cinco centímetros– y un trench negro, completaron mi vestuario el día de hoy.

Ahora que estábamos con bastante frío en Londres, todos los días teníamos que salir más que abrigados. Omití el jodido maquillaje, no era de hacerlo a diario, a menos que fuera una fiesta o un día importante. Mi nariz estaba levemente sonrojada.

Minutos antes, me encontraba mirando los tatuajes en mi piel, recordando las malditas razones de su llegada, es de lo único que me he arrepentido.

Louis salió de la ducha interrumpiendo una mirada entre el espejo y yo, se colocó detrás de mí.

—Guau, cada día estás hermosa —besó la parte trasera de mi oreja.

—Me recuerda mucho a Harry.

—¿El qué? ¿qué Harry?

—Mi hermano, para estas fechas usaba un trench parecido a este. Lo extraño Lou —bajé la mirada.

Sentí sus frías manos en mi cintura sobre el trench—. Nena, Harry es feliz en el otro mundo, dejémoslo así. Yo también lo extraño, Liam, Niall, Danielle, Sasha, también lo hacen.

Asentí sonriéndole—. Iré a ver a Joey.

—Bajaré en diez minutos —besó mi cuello y salí por la puerta del dormitorio.

Fui por mi pequeño travieso, lo cambié vistiéndolo a su estilo moderno. Jeans un poco ajustados, un polo negro, sudadera amarilla. Acomodé su cabello para colocarle un gorro de lana simulando dos orejitas de oso pardo.

Un regalo de Niall. Era de esperarse.

Regresé por mi bolso de mano y bajamos a la entrada. Louis estaba calentando el motor de su auto, de nuevo. Un rato después, subimos y salimos de la casa.

—Nena...—me habló mientras buscaba alguna canción en su estéreo digital—. Estaba pensando que... —los primeros acordes de Wish you were here, de Pink Floyd; empezaron a sonar—...ahora que puedo permitirme darme unos días, podemos ir a Doncaster después de tanto tiempo.

here we are again  #2; louis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora