here we are again #2; louis

Epilogo/Sandy

Sandy

—Mi amor es hora —dice mamá. La cual viste tan jodidamente hermosa con un vestido color rosa mexicano que papá le regaló especialmente para ella. Mi mamá y mi hermana me miran contentas. Sarahi viste un bonito vestido corto color morado. Mierda, como amo a mi hermana.

—Estoy tan nerviosa, necesito un trago —digo inquieta. Mamá se ríe.

—Es normal, amor. Así estaba yo el día de mi boda —menciona Sarahi.

—Yo ni se diga —concuerda mi madre.

Cinco meses después del nacimiento de Leo, mi sobrino, yo estaba aquí, a punto de unir mi vida con un hombre que me tiene completamente cautivada.

—Estoy nerviosa por unir mi vida con la de Char, mamá. No sé qué mierda hacer luego... es decir, antes vivía con ustedes, pero ahora...

—Eres una excelente mujer, amor. No te quejes porque hoy es tu día y creo que estás preparada para todo lo que te espera, ¿verdad? —dice mamá. Asiento.

—Claro, nada de nervios. Ya sabes, noche de bodas, cama, velas... —dice Sari riendo. Pongo mi cara seria y avergonzada —. Oh, por Dios, hermanita, ¿eres virgen? —pregunta y asiento.

Mamá me mira enternecida. Yo sé que ni ella ni mi hermana llegaron virgen al matrimonio, pero yo era un poco más reservada y es algo que a Charles siempre le gustó.

—¿Sabes, nena? Se me hace muy adorable que esperaras a la persona correcta para entregarle lo más valioso que tienes. Hacer el amor con la persona que amas es lo más hermoso que puedes disfrutar. Es algo normal en las parejas, así que no estés nerviosa en tu momento. Charles será la persona con la que compartirás todo.

—Es hora, Sandy, papá está esperándonos —dice mi hermana mirando su teléfono celular —. Dice Edward que llegará sólo a la fiesta porque no encuentra su traje —se ríe.

Tan pronto como bajamos, veo a papá de pie junto al pie de las escaleras. Sus ojos azules brillan al momento que me ve. Mi hermana y mi madre nos dejan solos.

—Papi, no quiero que llores porque lo haré si lo haces —balbuceo medio en broma.

—Es que... por Dios, mírate, cielo —me toma una mano y me gira sobre mis tacones —. Estás preciosa. Mi última chica se me va. Tú y tu hermana se parecen muchísimo a tu madre cuando estaba joven.

—Lo sé papá, lo sé. Creo que lo has dicho desde siempre. Los amo tanto.

—Y nosotros a ti, cariño.

—Tengo miedo, papá. Estoy a punto de entregar mi vida a Charles, lo amo pero... ¿y si no funciona? ¿y si nos divorciamos luego? Joder.

—No digas eso, amor. Todo va a marchar bien. Hay dificultades en el amor pero todo se puede si uno quiere.

—Lo tendré en mente, papá. Gracias.

{...}

Y eso era todo, lo que tanto temía, ya había pasado. Estaba casada con Charles, el hombre que amo con toda mi alma, el hombre que me dedica millones de sonrisas y amor. La boda y la recepción fueron magnificas gracias a Edward, nuestro primo que llegó ebrio a animar la fiesta. Su mamá y la mía no pararon de reír al ver lo tonto que se veía, y de un momento a otro, lloraron por el parecido que tenía con nuestro fallecido tío.

Ahora mismo Charles y yo vamos al aeropuerto y tomar el avión que nos llevaría a México, donde siempre he querido ir. En especial al estado de Quintana Roo. La alegría de mi marido y yo se notaba a kilómetros.

Durante el viaje, Charles estuvo parloteando de lo bien que nos pasaríamos. Y yo no paraba de reír con cada ocurrencia tonta que mencionaba.

Tan pronto como aterrizamos en las tierras mexicanas, la emoción me invade todo el cuerpo. Cancún era nuestra primera parada. El anochecer en este lugar era completamente espectacular. Y el ambiente estaba tan bueno que me dieron ganas de ponerme ebria junto a Charles. Pero ambos sabíamos que teníamos algo pendiente, así que eso sería luego.

En un breve momento, él se desapareció y sólo me envió un texto donde me citaba en nuestra habitación de recién casados. Guau, ya estaba sudando de los nervios.

En el bar, me tomo tres shots para hacerme la valiente y me dirijo hacia el ascensor. Una vez que estoy en nuestro piso, avanzo lo más lento que puedo. Creo que el alcohol se me subió un poco, no esperaba que fuera tan rápido, pero puedo controlarlo.

Entonces entro a la habitación y me percato de la pequeña y hermosa sorpresa de mi marido. Su torso desnudo y vestido con sólo un pantalón de lino color blanco me hizo querer besarlo y comerlo entero.

Alto, Sandy. No tan rápido.

—Brindemos por nuestro amor, nena —dice sonriendo.

Minutos más tarde, nuestros cuerpos estaban hablando por si solos, se decían lo mucho que se necesitaban. Y las palabras no eran suficientes. Necesitaba más de él, ahora. Siempre.

{...}

Tres años después...

—¿Amor? Necesito hablar contigo —digo sentándome junto a él en una mesa del Starbucks.

—Para eso me trajiste, nena —sonríe y se quita las gafas.

—Bueno, uhm... no sé cómo vayas a tomar esto pero, necesito que lo leas con atención —digo dándole los análisis de sangre que me había hecho con la compañía de mi madre. Su cara se pone blanca y tiemblo —. Amor, no te enojes, yo sólo...

—¿Me estás jodiendo, Sandy? ¿Voy a ser papá y piensas que debo enojarme? Joder, estás mal —dice sonriendo —. ¡Voy a ser papá! —grita y la gente nos mira sonriendo —. Te amo, te amo, te amo —dice rápido y dándome besos en la mejilla.

—Creí que...

—Cállate, no lo arruines. Esta es la mejor noticia que me has dado, amor. ¿Te sientes lista para esto? Porque yo sí. Eres lo más hermoso de mi vida, y ahora esperamos un hijo. Joder, tengo que celebrarlo a lo grande —dice riendo de los nervios.

{...}

—¡Es una niña! —dice el médico. Esa fue la sorpresa, nadie iba a saber que sería. En el baby shower todo fue de color blanco y amarillo.

El parto fue dificultoso pero logré traer a la vida a mi niña. Me la acercan y la miro.

—Eres tan preciosa, mi amor —digo pasando mis dedos por su frente. Char estaba desmayado así que yo le pondría el nombre —. Vas a llamarte Cher, linda. Y vamos a vivir para ti y por ti.

Yo no le podía pedir más a la vida, excepto que le diera salud a nuestros padres y hermanos, los cuales estarían contentos con la llegada de Cher a nuestras vidas. La primera niña nieta de Louis y Brooklyn Tomlinson.