9. Boyd y Cora

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Mia

Derek y Scott fueron en busca de Boyd y Cora. Sí, Cora es el nombre de la chica desconocida. Lo que me sorprendió fue que Cora es la hermana menor de Derek, él pensaba que ella había muerto en el incendio, pero no fue así.

Ahora, Cora y Boyd estaban sueltos en Beacon Hills, buscando una presa para matar.

Allison y yo salíamos del Banco, ella no había hablado conmigo aún.

― ¿Por qué no me lo dijiste? ―me preguntó.

― ¿Para qué?

Ella me miró con el ceño fruncido. ― ¿Cómo que para qué?

―Tu mamá sigue siendo tu mamá, ella te amó. Cometió errores, como cualquiera. No es justo para ti sufrir por ellos.

―Mia, ella trató de matar a Scott.

―Para ser justa, toda tu familia ha tratado de matar a Scott ―dije con una sonrisa, aunque creo que mi chiste no fue para nada gracioso.

―Mi familia es un desastre ―reconoció.

―La mía es peor, si quieres, podemos juntarnos un día para compadecernos ―sonreí.

―Bien, pero, primero tenemos que atrapar a Boyd y Cora.

Asentí. Scott nos había dicho que no nos involucráramos en esto, pero ya saben. Te dicen algo, entra por un oído y sale por el otro... O sea, lo normal.

Cuando Allison por fin me devolvió mi celular, noté que tenía una llamada perdida de Lydia, no había pasado mucho tiempo desde esa llamada, así que la devolví. Ella respondió al primer tono.

―Hay un cadáver en la piscina ―dijo.

― ¿Qué? ―ni siquiera había dicho hola ni nada, que te digan eso de improvisto te exalta.

―Mia, ven, ven a la piscina de Beacon Hills, ven rápido ―luego de decir eso cortó.

Esa es mi mejor amiga...

―Tengo que ir a la piscina, Lydia ha encontrado un cadáver, suena un poco asustada ―le dije a Allison.

―Anda con Lydia, yo tengo que buscar algunas armas en mi casa. ¿Nos encontramos en la entrada de la reserva en una hora?

Asentí. ―Te veo luego, no te metas en problemas mientras no estoy.

― ¡No prometo nada! ―gritó, mientras se iba en su carro.

Llegué a la piscina pública de Beacon Hills, al mismo tiempo que Stiles. Al parecer no había sido a la única persona que Lydia había contactado.

― ¿Dónde has estado todo el día? ―me preguntó Stiles cuando bajó del Jeep.

―Por ahí... ―respondí encogiéndome de hombros. Si supiera que casi muero..., me mata.

Me dio un beso rápido en los labios, cogió mi mano y nos dirigimos hacia donde estaba Lydia.

―Lydia, ¿estás bien? ―le pregunté.

Parecía afligida, no quería mirar alrededor, porque no quería ver el cadáver. En la piscina había un maniquí y al lado de Lydia un charco de sangre. Algo me dice que el cadáver está cerca, muy cerca de mí.

―Sí, estoy bien, pero eso de allí ―apuntó a una silla de salvavidas― no está bien.

Miré de reojo, había una persona sentada, estaba de espaldas a mí.

Siare | EMPE #3 | Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora