28. ¿Un tablero de güija?

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Stiles

Cuando llegué a la veterinaria, noté el carro patrulla de mi papá y un par más. También estaba la moto de Scott. Algo me decía que no llegaron a tiempo para salvar a Deaton.

Entré sin ningún problema, en parte porque yo fui el que llamó a la policía para avisar sobre esto. A veces el ser hijo del alguacil no me ayuda mucho cuando quiero entrar a una zona de crimen, en especial porque mis antecedentes no son tan buenos.

―Se lo llevaron ―me dijo Scott.

―Vamos a encontrarlo ―le aseguré.

Mi papá se acercó a nosotros, tenía una mirada de tristeza en el rostro.

―Haremos todo lo que podamos ―le dijo a Scott―. Ahora, lo mejor que pueden hacer los dos, es volver a la escuela.

Él se alejó y Scott me hizo una seña para que lo siguiera a la parte de atrás de la veterinaria, donde están las jaulas de los animales.

―Creo que ya es momento de decirle la verdad ―me dijo.

Asentí. ―Lo sé, le prometí a Mia que lo haría, así que eso haré, le diré a mi papá.

―Siempre tienes que meter a Mia en la conversación ―dijo rodando los ojos.

―No, pero ella tenía razón, es importante que mi papá se entere de esto, y, con tu ayuda, será más sencillo, puedes mostrarle tu lado perruno.

― ¿Perruno?

―Tu entiendes, ahora, vamos antes de que me arrepienta.

Cuando salimos de la parte de atrás de la veterinaria, vimos a mi papá y a Tara, la ayudante de policía, conversando con la Señorita Morrell, la consejera escolar.

―Por favor, dígame lo que sea que necesite para que pueda ayudar a encontrar a mi hermano ―dijo Morrell.

― ¿Nos disculpas un momento? ―le pidió mi papá, parecía que había ocurrido algo―. Gracias.

Luego de eso, Tara y él se fueron a la recepción. Y, la Morrell se nos acercó.

―Escuchen bien ―dijo―, ningún alguacil, ayudante o detective podrá encontrarlo.

―No tienes que pedirnos ayuda ―le dijo Scott.

―De hecho, yo estoy tratando de ayudarlos a ustedes ―susurró―, porque si van a hallar a mi hermano, van a necesitar a personas que podrían tener una habilidad para percibir lo sobrenatural.

Eso último fue lo que llamó mi atención.

―Mia ―dije, mientras que Scott dijo 'Lydia'.

Morrell asintió. ―Necesitan a ambas.

Luego, ella se fue.

―Mia me dijo que quería venir, porque tal vez podría tener alguna visión sobre dónde está Deaton y no la dejé venir ―le dije a Scott.

―No importa, tenemos que ir ahora por ellas, tu busca a Mia, yo iré por Lydia.

Mia

Todos mis amigos habían decidido irse de la escuela, mientras que yo seguía tratando de tener una visión que pudiera decirme dónde estaba Deaton, pero hasta ahora no había tenido suerte.

Mi clase de matemáticas avanzada no era nada placentera, y admito que no he prestado atención a nada en clase.

La alarma de incendios se encendió a los veinte minutos de iniciada la lección, lo cual fue una gran suerte porque no quería seguir aquí. Cogí mis cosas y salí del aula junto con los demás estudiantes. Era muy probable que esta solo sea una jugarreta de alguien, pero igual nos obligan a dejar el complejo. Además, no querría morir solo por pensar que esta era una broma. Más vale precaver que lamentar, ¿no?

Siare | EMPE #3 | Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora