Siare | EMPE #3 | Stiles Stilinski

15. Los sentimientos de Isaac

Isaac

No puedo creer que le haya dicho a Mia la verdad, se supone que iba a esperar hasta que no estuviera con el idiota de Stiles. Tenía que esperar que se diera cuenta que estaba perdiendo su tiempo con el inútil de Stilinski, me lo había prometido a mí mismo.

Solo puedo imaginar lo que va a hacer ahora, probablemente va a venir, va a tocar la puerta del cuarto y me va a pedir amablemente que me largue de su casa.

"Isaac, ¿serías tan amable de sacar tu inútil ser de mi vista?"

No, Mia no me diría eso.

Tengo dos opciones. La primera, huir, huir y no volver a verla. No..., esa no es una opción. Entonces, la verdadera y única opción es enfrentar a Mia, solo le repetiré que todo fue una broma.

¿Qué demonios estás pensando?

Yo no soy así, le diré la verdad y tendrá que tomar una decisión. Sé que le importo, y cuando éramos niños le gustaba. Así que esos sentimientos pueden regresar, tal vez incluso estén a flote, tal vez solo está con Stilinski porque no sabe que puede estar conmigo.

Sí, eso tiene que ser.

Salí rápidamente de la cama y abrí la puerta. Estaba dispuesto a decirle todo a Mia, no planeaba quedarme con nada, el día de hoy tendría una respuesta suy...

―Isaac ―dijo Mia. Tenía una mano alzada y en puño, iba a tocar la puerta justo cuando yo la abrí.

Bueno, es ahora o nunca.

Cogí la mano que tenía alzada y la atraje hacia mí, en menos de dos segundos tenía sus labios presionados contra los míos.

Sé que primero quería hablar con ella, pero cuando la vi, no pude contenerme. Mi teoría es, si responde, le gusto. Y, lo hizo, me correspondió. Mia siguió el beso, envolvió sus manos en mi cuello y me atrajo más hacia ella.

Mentiría si digo que estaba preparado para besar a Mia, lo había pensado, pero jamás creí que me aceptaría mientras aun estuviera con Stilinski, aunque, bueno, luego de esto, puedo afirmar que el pobre diablo ya fue.

Mia está conmigo ahora.

―Mia ―susurré. La alcé y ella envolvió sus piernas en mi cintura.

―Isaac abre la puerta ―respondió.

Ella quería llevar esto a un nuevo nivel y no iba a detenerla. La llevé hacia mi cuarto pero la puerta ya estaba abierta.

―Isaac ―se separó de mí―, abre la puerta, por favor.

―Mia, la puerta está abierta.

Entonces, escuché golpes. ¿Alguien había llegado?

―Necesitamos hablar ―me dijo ella.

La miré extrañado.

― ¿Isaac? ―volvió a llamar.

El sonido de los golpes se intensificó y de pronto Mia ya no estaba en mis brazos.

―Isaac, en serio, necesito hablar contigo, por favor, abre la puerta ―la voz de Mia venía desde el pasillo, al otro lado de la puerta del cuarto de huéspedes, donde yo estaba echado en mi cama.

Suspiré.

¿Lo soñé? ¿Solo fue eso?

Era demasiado bueno para ser cierto.

―Te juro que si no abres la puerta voy a... voy a... ―desde mi lado pude escuchar a Mia hablar con Lobo―. ¿Qué diablos le puedo hacer a un hombre lobo? ¿Tienes ideas? Claro que no, no tienes ninguna... ¿lo podrías morder?