Una transcripción
DETECTIVE RAMÍREZ: ¿Cuándo fue la última vez que vio con vida a Tom Wilson, señor Sax? SIMON SAX: Ya se lo he dicho a su compañero.
DETECTIVE FREEMAN: Lo siento, necesito que lo repita. Ha habido un problema con la grabadora, vamos a tomarle declaración de nuevo.
SIMON SAX: Llevamos aquí seis horas.
DETECTIVE FREEMAN: Ha sido asesinada una persona, señor Sax.
Nuestro deber es esclarecerlo.
SIMON SAX: ¿Necesito un abogado? DETECTIVE RAMÍREZ: Díganoslo usted, señor Sax.
SIMON SAX: No he hecho nada malo.
DETECTIVE FREEMAN: Entonces no le hace falta. Aunque si quiere buscar un abogado, puede hacerlo en cualquier momento.
DETECTIVE RAMÍREZ: Solo tiene que avisarnos y le dejaremos llamar.
DETECTIVE FREEMAN: ¿Cuándo fue la última vez que vio con vida a Tom Wilson, señor Sax? SIMON SAX: Ayer por la tarde, cuando se marchó de la oficina. Él salió media hora antes que yo.
DETECTIVE RAMÍREZ: ¿Parecía alterado cuando se marchó? SIMON SAX: No me fijé. No lo creo.
DETECTIVE FREEMAN: No se fijó.
SIMON SAX: Yo miraba el ordenador.
Estaba haciendo algo importante.
DETECTIVE FREEMAN: ¿Recuerda qué era eso tan importante? SIMON SAX: No lo entenderían.
DETECTIVE RAMÍREZ: Pónganos a prueba.
SIMON SAX: Calculaba una regresión lineal múltiple.
DETECTIVE RAMÍREZ: ¿Disculpe? SIMON SAX: Calculaba la relación entre una variable dependiente escalable y una predicción de múltiples variables correlativas.
DETECTIVE RAMÍREZ: Pues tiene razón, no lo entiendo.
DETECTIVE FREEMAN: Qué coño vas a entender, Ramírez, si te graduaste por los pelos. DETECTIVE RAMÍREZ: No todos somos un genio de las mates, como el señor Sax.
SIMON SAX: Yo no lo llamaría así.
DETECTIVE FREEMAN: Disculpe usted a mi compañera, señor Sax. ¿Y cómo lo llamaría usted? SIMON SAX: Soy experto en visión artificial.
DETECTIVE FREEMAN: ¿Eso es lo que hacen en su empresa? En palabras que la detective Ramírez pueda entender, por favor.
SIMON SAX: Estamos creando un programa de reconocimiento de imágenes.
DETECTIVE RAMÍREZ: Y estaba calculando esa línea de multiplicación... DETECTIVE FREEMAN: No se dice así. ¿Verdad, señor Sax? SIMON SAX: Regresión lineal múltiple.
DETECTIVE RAMÍREZ: ... estaba calculando ese lo que sea y vio a Tom Wilson salir de la oficina.
SIMON SAX: Exacto.
DETECTIVE FREEMAN: ¿Parecía alterado cuando se marchó? SIMON SAX: Ya les he dicho que no.
DETECTIVE RAMÍREZ: No, ha dicho que no se fijó.
SIMON SAX: Oiga, ¿de qué va todo esto? DETECTIVE FREEMAN: ¿Eran ustedes los únicos que quedaban en la oficina? SIMON SAX: Sí, yo fui el último en salir. Encendí la alarma cuando me fui.
DETECTIVE RAMÍREZ: ¿Entró Tom Wilson en su despacho a despedirse cuando se marchó? SIMON SAX: No. DETECTIVE FREEMAN: Es raro.
SIMON SAX: ¿Qué es raro? DETECTIVE FREEMAN: Cuando dos personas están solas en una oficina y una de ellas se marcha, suele avisar a la otra.
DETECTIVE RAMÍREZ: Por lo de la alarma, y eso. DETECTIVE FREEMAN: Y porque es lo civilizado.
DETECTIVE RAMÍREZ: Ya sabe, se asoma uno a la puerta, da un par de golpecitos, ofrece ir al bar de abajo a tomar una cerveza... DETECTIVE FREEMAN: Tú nunca dices eso, Ramírez.
DETECTIVE RAMÍREZ: Contigo no ganaría para cervezas. Le llamamos Bob Esponja a sus espaldas, ya sabe, señor Sax. Por la corbata roja, y por que lo absorbe todo.
DETECTIVE FREEMAN: Nos llevamos bien, aquí en la comisaría.
DETECTIVE RAMÍREZ: Nos despedimos cuando nos vamos.
SIMON SAX: ¿Tienen alguna pregunta más para mí, detectives? DETECTIVE FREEMAN: ¿Tom Wilson no se despidió de usted? SIMON SAX: No lo sé. Quizás hizo así.
DETECTIVE RAMÍREZ: Que conste en la transcripción que el señor Sax ha levantado el brazo y agitado la mano.
DETECTIVE FREEMAN: ¿Era la forma habitual de despedirse del señor Wilson? SIMON SAX: Solía pararse a saludar.
DETECTIVE FREEMAN: Porque eran ustedes amigos.
SIMON SAX: Era mi mejor amigo desde hace seis, casi siete años.
Oiga, ¿a qué vienen tantas preguntas sobre si se paró o no se paró DETECTIVE RAMÍREZ: Es usted la última persona conocida a la que vio
con vida. Es importante saber el estado en el que abandonó la oficina.
DETECTIVE FREEMAN: ¿Habían discutido usted y el señor Wilson SIMON SAX: No, no habíamos discutido.
DETECTIVE FREEMAN: Es raro. SIMON SAX: ¿Qué es raro? DETECTIVE FREEMAN: Después de su declaración inicial... SIMON SAX: ¿La que no se ha grabado? DETECTIVE RAMÍREZ: La grabadora no tenía pilas. DETECTIVE FREEMAN: Hemos hablado con varios empleados suyos, ya sabe, por mera rutina. El caso es que afirman que Tom Wilson y usted no se hablaban.
SIMON SAX: No era esa la situación.
DETECTIVE RAMÍREZ: ¿Cuál era la situación, señor Sax? SIMON SAX: Estamos trabajando en algo importante. Había tensiones.
DETECTIVE FREEMAN: ¿Puede explicarnos de qué se trata? SIMON SAX: Tom había buscado inversores, y los encontró en Infinity.
El acuerdo con ellos especificaba que el prototipo de reconocimiento de imágenes en el que estamos trabajando debe estar terminado en una fecha determinada. Quedan pocos días para eso, y no estamos listos.
DETECTIVE RAMÍREZ: ¿Y si lo consiguen? SIMON SAX: Infinity hará una inversión en la empresa de diez millones de dólares a cambio del diez por ciento de las acciones.
DETECTIVE FREEMAN: Es mucho dinero.
SIMON SAX: Si lo conseguimos. DETECTIVE FREEMAN: Y las acciones que ambos poseen pasarán a
valer mucho más SIMON SAX: Obviamente. DETECTIVE RAMÍREZ: El señor Wilson tenía treinta años. ¿Conoce usted a muchas personas de treinta años que hagan testamento, señor Sax? SIMON SAX: No conozco a mucha gente.
DETECTIVE RAMÍREZ: El señor Wilson no tenía gran cosa a su nombre. Vivía de alquiler, y sin embargo hizo testamento hace seis semanas. Según Marcia Lopez, su compañera, eso estaba incluido en el contrato marco de colaboración que firmaron con Infinity. ¿Es correcto? SIMON SAX: Es un contrato de seiscientas sesenta y cuatro páginas.
No me las he leído todas. Tom se ocupa de esas cosas.
DETECTIVE FREEMAN: Se ocupaba.
SIMON SAX: Se ocupaba.
DETECTIVE RAMÍREZ: Sin embargo, conocía el testamento del señor Wilson.
SIMON SAX: Los dos tuvimos que firmar una serie de previsiones legales. Tom dijo que era una práctica habitual. No presté mucha atención.
DETECTIVE RAMÍREZ: Qué conveniente.
DETECTIVE FREEMAN: No me ha respondido, señor Sax.
SIMON SAX: Sabía que había un testamento. No conozco los detalles.
Como le he dicho, es un contrato muy largo.
DETECTIVE RAMÍREZ: Le ha dejado a usted el veinticinco por ciento de las acciones de la empresa.
DETECTIVE FREEMAN: Y un Ford Fiesta de 1996. SIMON SAX: (Risas.) DETECTIVE FREEMAN: ¿Qué le parece tan divertido, señor Sax?
SIMON SAX: Yo... oh, joder, perdonen. Lo siento. Joder DETECTIVE FREEMAN: Hemos llamado a Infinity para preguntarles por el contrato. Me han hablado de esa «previsión legal». Al parecer la empresa no puede cambiar de socios mayoritarios hasta que se concrete la entrada de Infinity en un sentido o en otro. SIMON SAX: Por eso Tom hizo ese testamento, entonces.
DETECTIVE FREEMAN: Dentro de una semana, las acciones que le legó Tom Wilson valdrán veinticinco millones de dólares. Es una suma enorme.
DETECTIVE RAMÍREZ: Un buen motivo para matar a alguien.
SIMON SAX: Yo no he matado a Tom.
DETECTIVE RAMÍREZ: Hay antecedentes de violencia en su familia. Y lo que sucedió con su padre... SIMON SAX: Aquello fue en defensa propia.
DETECTIVE RAMÍREZ: ¿Dónde estaba usted ayer por la noche, señor Sax? SIMON SAX: No me lo puedo creer.
¿De verdad hacen ustedes esa pregunta, como en las películas malas? DETECTIVE FREEMAN ¿Verdad que suena ridículo? Se lo he dicho un montón de veces a la detective Ramírez. Cada vez que interrogamos a un sospechoso de asesinato y ella hace esa pregunta, me llevan los demonios. Solo le falta traer un flexo y apuntarlo a la cara del sospechoso.
DETECTIVE RAMÍREZ: Por más vueltas que le doy me sigue pareciendo la mejor manera de reguntarlo.
SIMON SAX: ¿Soy sospechoso de asesinato? DETECTIVE RAMÍREZ: ¿Ve usted que le esté apuntando con un flexo? SIMON SAX: Yo no maté a Tom. Me fui derecho de casa a la oficina.
DETECTIVE FREEMAN: ¿A qué hora llegó a su casa? SIMON SAX: Sobre las once, más o menos. Puedo decirles la hora exacta. Mandé un email desde mi portátil a Marcia al rato de llegar.
DETECTIVE RAMÍREZ: Bueno, el portátil es portátil. Pudo enviarlo desde cualquier sitio y decir que lo había enviado desde casa.
SIMON SAX: No, en realidad no. Hay un registro de conexiones.
DETECTIVE RAMÍREZ: Es usted un genio de los ordenadores, señor Sax.
¿De verdad no se le ocurre ninguna manera de enviar un email desde su casa sin que lo mande usted? SIMON SAX: No sé si me gusta su tono.
DETECTIVE FREEMAN: Disculpe a la detective Ramírez. Créame, responder a nuestras preguntas es por su mejor interés. Solo estamos intentando ayudarle. Descartarle como sospechoso. ¿Hay alguien que
pueda confirmar que estaba en casa,
señor Sax? (La grabación registra seis segundos de silencio.) DETECTIVE FREEMAN: ¿Quiere usted que le repita la pregunta, señor Sax? SIMON SAX: Mi prometida.
DETECTIVE RAMÍREZ: ¿Su prometida estaba en casa cuando usted llegó?SIMON SAX: Sí, estaba en casa.
DETECTIVE RAMÍREZ: ¿Qué cenaron cuando usted llegó? SIMON SAX: No cenamos nada. Yo no tenía hambre.
DETECTIVE FREEMAN: ¿Vieron la tele juntos? ¿Recuerda qué programa?SIMON SAX: No, no vimos la tele.
DETECTIVE RAMÍREZ: Era tarde, supongo que su prometida estaría ya dormida. SIMON SAX: No, estaba despierta.
Salió a recibirme.
DETECTIVE FREEMAN: ¿Recuerda qué pijama llevaba puesto? SIMON SAX: No llevaba ningún pijama. Estaba desnuda. Salió a
recibirme al pasillo, me llevó a la cama e hicimos el amor. ¿He satisfecho ya su curiosidad o quiere que le dé más detalles? DETECTIVE FREEMAN: No hay ninguna necesidad de elevar el tono, señor Sax.