Justin.
Abrí la puerta y entre a mi empresa sintiendo las miradas de todos mis trabajadores sobre mi, algunos me saludaban y otros me daban solo una sonrisa. Toque el botón del ascensor y espere a que llegara.
Baje de el en el piso numero catorce, el ultimo del edificio, camine atravez del pasillo saludando a Amelia, mi secretaria personal que se encarga de agendar todas mis reuniones y de ver todos mis viajes.
-Buenos días señor Bieber-se levanto de su silla dándome una sonrisa.
-Buenos días Amelia-le sonreí-¿alguna novedad para el día de hoy?.
-Tiene una reunión a las cuatro de la tarde con los arquitectos, en la sala de reuniones numero seis.
-Esta bien, la reunión no puede durar tanto, debo llegar a mi casa a las seis en punto.
-¿Porque tanto el apuro?.
-He conseguido una niñera para mis hijas, desde hoy comienza a trabajar y le dije que su horario es hasta las seis de la tarde.
Ella asintió.
Amelia, siempre ha tenido una clase de cercanía a mi, siempre trata de hablarme de otros temas, un par de veces la escuche hablar con otras chicas que trabajan en el edificio, que les decía que estaba enamorada de mi.
No se si sera verdad, pero si lo es, que se olvide de mi, yo no estoy enamorado de ella, no tengo ojos para ninguna mujer desde que murió mi esposa, Brenda. A pesar de que ella murió hace mas de tres años, no puedo estar con ninguna mujer.
-Esta bien, cualquier llamada me la pasas, estaré en la oficina, si necesito algo te llamare.
-Con gusto señor Bieber-sonrió coqueta-¿necesita alguna cosa?.
-Haz un informe sobre la administración de todos los hoteles, cuando lo termines, me lo llevas a la oficina, ¿entendido?.
Volvió a asentir aun con su sonrisa coqueta.
Sin decirle nada, entre a mi oficina cerrando la puerta detrás de mi, deje mi maletín sobre el escritorio, me saque mi saco dejándolo en el perchero y me sente en mi silla para comenzar con mi trabajo de todos los días.
(...)
Mire otra vez la hora en el reloj que estaba colgado en la pared de color blanco, uno de los cuatro arquitectos seguía hablándome del plan que tenían para construir un nuevo hotel que quiero poner en la ciudad.
No prestaba mucha atención a lo que el me hablaba, mi mente estaba en la hora, faltaban cuatro minutos para que sean las seis de la tarde y aun yo sigo en la sala de reuniones. Me preocupa ________, le dije que llegaría a la seis a la casa.
-Entonces señor Bieber, le mandaremos un recibo con los materiales que vamos a necesitar.
Salí de mi trance mirando torpemente a los arquitectos.
-Oh, claro, ustedes manden el recibo y yo mandare los materiales apenas llegue.
Ellos asintieron con una sonrisa.
-¿Damos por terminada esta reunión?-pregunto, asintieron-genial, entonces, quedamos en lo que hablamos, les deseo mucha suerte con la construcción y por favor, que todo salga al pie de la letra, ¿entendido?.
-Si señor Bieber.
Salimos de la sala de reuniones caminando hacia el ascensor, me despedí de cada uno con un apretón de manos y un corto abrazo. Apenas las puertas se cerraron, corrí hacia mi oficina para tomar mis cosas.