Alby seguía con los ojos cerrados, no sabía en cuánto tiempo podría despertar.
No teníamos cierta receta médica como para indicarnos qué era lo que iba a pasar.
Minho y Thomas salieron desde temprano con la cápsula que consiguieron el día de ayer.
Unos pasos se escucharon y volteé.
- Hola.
- Hola.
Le sonreí a Teressa.
- No te preocupes, yo me encargo de él.
Le dije mirando a Alby.
- Sí, solo que... Thomas no está y no conozco a nadie con el que pueda entablar una conversación más que contigo.
Le sonreí.
- ¿Qué tienes ahí?
Señaló mi cuello.
- Es... un dije.
- ¿Lo puedo ver?
- Claro.
Desabroché el colguije y se lo di a Teressa. Abrió el dije.
- Wow, sí que se parecen.
Le sonreí y ella siguió viendo la foto.
- ¿Ellos son sus papás?
- Eso creo...
- Aw mira, qué chiquitos estaban.
- Teressa...
- ¿Sí?
- Ven, te mostraré algo.
Ella asintió confundida y salimos de ahí dejando a Alby solo. Caminamos hasta donde estaban las hamacas para dormir y encontré la mochila.
- ¿Qué pasa?
- No creo que seamos los únicos Teressa.
- ¿Qué quieres decir con eso?
Seguí buscando en la mochila hasta que encontré lo que yo quería, la tomé y se la di. La tomó y frunció su ceño.
- ¿Qué quiere decir?
- El laberinto tiene 8 secciones, y creo que yo estaba en la sección 5 cuando me entregaron la mochila.
- ¿No somos los únicos?
- No lo creo.
- Aquí dice laberinto número 12, por lo tanto, a fuerzas debe de haber 11 laberintos más.
Amaba que Teressa me entendía a la perfección.
- Exacto, y ve tú a saber si hay más.
- ¿Se lo has dicho a los demás?
- No, y no lo haré, hasta estar segura.
- Bien...
- ¿Regresamos?
- Sí.
Guardé la noté en la mochila y fuimos de nuevo con Alby.
- ¿Entonces te dicen Kels?
- Sí, bueno, algunos... De cariño. O simplemente me dicen Kelsey.
- Es bonito Kels...
- Sí... ¿Y tú? Te gusta ¿Tere?
Reímos.
- ¡No! Es horrible.
- ¿Qué dices de Ressa?
