- Pero... Creo que arreglamos todo, no sé, es complicado.
El aire de acá arriba me hacía muy bien, era como si supiese distinguir entre aire puro e impuro, y este estaba totalmente puro. La vista era increíble, Teressa y yo estábamos en la cima de una montaña, que nos permitía mirar el campamento que desde acá arriba, se ve tan pequeño. Ella estaba aquí y yo no sabía, solo quería pasar un momento a solas, pero prefería estar con ella.
- Por lo menos se tienen el uno al otro pase lo que pase.
- Sí... ¿Sabes algo? Cambiando radicalmente de tema. Cuando estaba en el laberinto atrapada, justo el día en que llegó Thomas con las provisiones, llegó mi colguije y una nota, Newt me entregó ambas cosas intactas, pero nunca leí la nota, ni quiero hacerlo. Siento que ya no tiene sentido.
- Tal vez sí lo tiene.
Miré al horizonte.
- No lo creo.
- Pues créelo - contestó y me molesté.
- ¿Por que lo dices?
- ¿No has pensado que en realidad CRUEL tiene una buena razón para hacer todo lo que hace?
- La única razón que tiene CRUEL es encontrar la cura dañándonos. No creo que sea muy justo.
- Quién sabe.
El semblante de Teressa era triste, era como de decepción, y no entendía por qué, porque se supone que llegamos al Brazo Derecho y que aquí estaríamos seguros de CRUEL y que el día de mañana nos marcharíamos.
- ¿Estás bien? Te noto un poco... No sé, como si no estuvieras emocionada o feliz.
- Lo estoy... Solo que...
Se escucharon pasos detrás de nosotras y volteamos.
- ¿Están bien? ¿Que están haciendo aquí?
Preguntó Thomas mirándonos preocupado.
Miré a Teressa esperando una explicación, o al menos la que me iba a dar y solo volteó a ver el horizonte.
Ya estaba anocheciendo, pero se seguían viendo increíblemente claro de un lado del cielo. Me gustaba este paisaje.
Thomas me miró sin entender nada, y es que la verdad yo tampoco sabía nada, Teressa estaba a punto de contarme qué tiene y espero que el que Thomas haya llegado no la detenga.
Negué con la cabeza dando a entender que no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba pasando con Teressa.
- Pensando.
Teressa volvió a voltearse dándonos la espalda.
¿Por qué tan conversadora y agradable Tessa?
- Te dejamos sola.
Thomas me extendió su mano para que pudiera pararme y así lo hice, pero al momento de darnos la vuelta para irnos, la voz de Teressa nos detuvo.
- ¿Recuerdan a su madre?
Tragué saliva inconscientemente y mi pecho dejó de subir.
¿Por qué nos preguntaba eso?
Miré confundida a Thomas y él igual a mí, pero él fue el primero en hablar.
- Eh... Algo -
