Han pasado dos semanas desde mi llegada al Área.
Soy corredora. Todo ha salido bien, supongo... Creo que he sido bien aceptada.
Newt... Bueno, no sé qué pasa con él, no le voy a decir que estoy enamorada porque una persona no se puede enamorar de alguien en dos semanas, pero con él es diferente. Me encanta estar a su lado. Y todos lo han notado, siempre nos molestan y nos dicen cursilerías bobas todo el tiempo. No sé si solo es un gusto o una atracción. Solo sé que cuando estoy con él me pongo feliz, y nerviosa y siento que solo estamos él y yo y nadie más. Al verlo es una alegría que sale y no puedo evitar sonreír cuando él me cuenta sus chistes o habla conmigo. Y todo... Me gusta, sí, lo sé... Y me trata como si fuera su novia... Aunque no lo soy, o, bueno no. No lo sé ¿Él me lo tendría que preguntar, no? Sí, yo creo que sí. Siento un montón de emociones que simplemente no puedo describir cuando estoy a su lado.
Todos han sido buenos conmigo. Exceptuando a Gally, el chico de cejas raras me odia. No sé por qué, Newt me dijo que tal vez esta algo molesto porque nadie le había gritado, ni le había hecho un corte en el brazo. Mucho menos una chica...
- ¡Kelsey!
Me sobresalté por el grito de Sartén en mi oreja, en uno de estos días me dará un infarto.
- ¿Qué?
- ¡Estas a punto de rebanarte el dedo mujer!
Fruncí mi ceño y miré mis manos, una sostenía el jitomate y la otra el cuchillo que se dirigía a mi dedo.
No sé si soy estúpida o idiota porque seguí con el movimiento.
- ¡Maldición!
Solté el cuchillo y Sartén agarró mi dedo, yo solo lo apretaba, era el índice y me sangraba, no mucho, pero lo hacía. Enjuagué mi dedo y lo sequé.
- Deberías de ir con Jeff.
- No, estoy bien. Solo fue un rasguño.
Seguí cortando el jitomate.
- ¿En qué pensabas?
Me pregunto Sartén mientras hacía la sopa.
- Nada.
- Oh, es verdad. Newt.
- Solo pensaba en...
- ¿Newt?
- No, Gally.
- ¡¿Qué?! Kelsey, no lo pensaba de ti.
Dejó la pala con la que revolvía la sopa y me miró.
- No en ese sentido.
Sartén suspiró y yo reí. Le puse los jitomates a la sopa y agarre otro para cortar, Sartén siguió revolviendo la sopa.
- ¿Por qué pensabas en él?
- No lo sé... - y en realidad no sabía - Creo que... Me odia o algo así.
- Kelsey, él no te odia... Solo...
- Solo ¿Qué?
- No le agradas.
- Oh vaya, eso cambia todo... - dije riendo.
- Mira Kels, había un patrón.
- ¿De qué hablas?
- ¿Te parece si vamos a dar un paseo?
- Bien...
- Alfred, ¿me cubres?
Él asintió y Sartén salió, yo lo seguí.
(***)
- Es tranquilo aquí.