Ser cupido nunca había sido tan difícil hasta que llegó él. Mi trabajo era simple: un poco de investigación y disparar una flecha en el momento adecuado y a la persona adecuada. Eso hacía más humanos a los humanos.
Amar.
Por regla personal, Cupido no podía llegar a enamorarse. Era simple lógica. Y nunca me había pasado antes así que ¿Por qué ahora? No había motivo alguno.
Los humanos dibujaban a Cupido como bebés con pañales, pero eso no era cierto. No soy una bebé y tampoco uso pañales, eso lo sabía, sin embargo yo no sabía que apariencia tenía en realidad. Era casi siempre invisible a los ojos humanos y tampoco me podía ver en cualquier invento suyo. Los únicos que me podían ver eran los niños, los pequeños humanos que eran adorables y puros de corazón. A veces conversaba con ellos, me preguntaban el por qué tenía alas en mi espalda y yo simplemente les contestaba que eran para que pueda llegar a los corazones más rápido.
Había veces que me tomaba algunos descansos para apreciar el paisaje aunque sería una mentira blanca porque hacía eso para ver a mis próximos amantes.
Caminaba por un parque de animales, perros para ser más exacta, algunos se me acercaban para que los acaricie, y yo gustosa lo hacía hasta que uno de ellos vino hacia mí arrastrando al que sería su amo, era un gran perro blanco y gris con mucho pelaje, apenas se le veían los ojos. Me apoyé en una rodilla para llegar a su altura. No me percaté en el humano porque no tendría importancia si no me podía ver, tal vez podría ser una posible futura víctima para flecharlo.
–Hola – Lo escuché decir, no me moví porque no sería para mí – Tú, la chica que acaricia a mi perro.
Me quedé congelada al escuchar eso. Me estaba hablando. A mí. Se supone que él no me puede ver, eso es imposible. Levanté la mirada poco a poco hasta chocarme con sus ojos cafés que me miraban intrigantes. Su cara era delgada, sus pómulos se notaban como cuchillos, no tenía tanto vello facial y su cabello era de un marrón caramelo. Traía una chaqueta para ocultarse del frío y pude notar que era tan flaco como parecía.
– ¿Vas a responder o te comió la lengua el gato? – comentó con diversión.
–Lo siento – contesté algo desorientada – Hola
–No te preocupes – volvió a sonreír – Soy Abraham ¿Tú eres...?
–Me... Me tengo que ir – dije y sin pensarlo dos veces huí del lugar corriendo como si mi vida dependiera de eso.
Huí como una cobarde.
Volé a un tejado cuando me aseguré de que ya no podía verme.
¿Cómo ese chico pudo verme? ¡Se supone que no me tiene que ver nadie! Absolutamente nadie. Malditas reglas de ser Cupido.
Holaaa!!
He. Vuelto.
jojojo aquí comienza el proyecto #1x1 lo siento, no sabía como ponerle así que eso se me ocurrió, recuerden que subiré un capítulo por día y si por algún motivo se me pasa, lo recompensaré al siguiente. El punto es terminar la pequeña historia en todo el mes de mayo. Espero que el primer capítulo les haya gustado ♥☺ nos leemos mañana!!
Psdt: Feliz día del trabajador!! por que tiene que ser domingo?? D:
Psdt2: Besotes ♥♥
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El amor de Cupido
Short Story¿Qué pasaría si te dijeran que Cupido en realidad existe, pero no puede ser visto por nadie? Cupido siempre ha creído eso, sin embargo algo o alguien romperá todo eso, todo lo que ha creído hasta ese entonces con un simple "hola" y una mirada a los...