Capítulo 5

3.2K 315 13
                                    

Había tenido que mentir acerca de mi nombre a ese chico tan raro e insistente. Había hecho un espectáculo en la vía publica, no era que me importe, solo que las personas habrían pensado que está loco.

Nadie me puede ver.

Nadie de esa edad me podía ver hasta que él apareció.

Eso tenía que parar, tal vez pedir un cambio de ciudad, tomar algunas vacaciones, ya que las últimas habían sido hace más de cien años. O a lo mejor, encontrarle un alma gemela al humano ese. Si, esa era la mejor solución. Al fin y al cabo soy Cupido y ese es mi trabajo ¿cierto? Tendría que comenzar con la búsqueda de la chica indicada desde ahora. Tampoco es que quería emparejarlo con cualquiera, me desconocería si hiciera eso. No podía ser difícil.

Deambulé por las calles, emparejé a algunas personas, sin embargo no conseguí a la "chica perfecta" para Abraham. Hasta me aprendí su nombre. Busqué toda la noche (una de las ventajas de ser Cupido y tal vez desventaja desde el punto que se ve, era que no podía dormir. Cupido trabaja todo el día). No encontré a nadie.

No era posible que no haya podido encontrar a nadie. Era inaceptable.

– ¡Te odio! –Escuché que gritaron cerca de mí. –Eres la peor persona que puede haber en el mundo.

– Ahora yo soy el culpable.

Me acerqué a los gritos, eran un chico y una chica. Los dos estaban rojos de la cólera, los puños cerrados y esas miradas de odio que intercambiaban.

– Sí lo eres. –Chilló la chica agitando sus brazos en el aire. –Eres un idiota y nunca cambiarás.

Era hora de actuar. Supongo que eso de "del amor al odio solo hay un paso" debería cambiar por "del amor al odio solo hay flechazo". Emparejar a las personas que se odiaban es algo bueno, le dan más amor al mundo y lo limpia del odio. Cargué mi arco con dos flechas y los impacté.

– ¿Que tan segura estás de eso? –Preguntó el chico dando zancadas largas hasta llegar a ella, la tomó y la besó. –Estoy enamorado de ti.

– Yo también. –Contestó ella devolviéndole el beso.

Amaba hacer eso.

Tal vez podía encontrar a alguien que odio a Abraham y los fleche, aunque él tenga cara de caerle bien a todos.

Tal vez me equivoqué y no sería tan fácil.

El amor de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora