Capítulo 29

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– Iron Man es mejor que Thor. –Dijo Abraham negando con la cabeza.

– Iron Man es un humano, Thor es un semidiós. –Debatí dándole un suave golpe en la cabeza.

Abraham había mejorado, su vitalidad estaba al máximo y parecía que se recuperaría, que cumpliría su promesa y eso me alegró más que nada en el mundo. Sus ojos brillaban y tenía una radiante sonrisa en el rostro.

Sin embargo, algo mínimo lo arruinó.

Otra pluma.

– Otra. –Susurró mi novio tomándola entre sus dedos.

En todo ese tiempo, había estado perdiendo muchas plumas que ya no quedaban casi nada, hasta podían ser contadas. Le había mentido a Abraham diciendo que era cosa del consejo y que pasaba con todos los Cupidos en el mundo porque ya podremos volar sin alas. Tal vez no me creyó, pero tampoco dijo nada más y se lo agradecí.

Sin mis alas y sin mi carcaj con mi arco, ya parecía casi humana.

– Iré a comprar algo a la cafetería ¿quieres que te traiga algo? –Pregunté para cambiar de tema.

– No, estoy bien, gracias. –Esbozó una sonrisa y se acercó para darme un corto beso.

Me paré de la cama y me fui a comprar, pero cuando iba a cerrar la puerta, Abraham me llamó.

– ¿Cupido?

– ¿Sí? –Él se quedó un momento pensando, pero al final solo dijo.

– Cuando vuelvas te lo digo.

Y volvió a sonreír. Yo solté una risita y rodé los ojos.

Bajé hasta donde estaba la cafetería y compré una barra de chocolate. La iba comiendo mientra esperaba a que el elevador llegue al piso de Abraham, pero cuando llegué, no lo habría deseado tanto.

Muchos doctores estaban en la habitación de mi novio, se veía desesperación y sus padres estaban a un costado. Marie estaba llorando mientras que John la abrazó.

– ¿Q–Qué está pasando? –Pregunté acercándome a ellos.

– Abraham... Abraham empeoró. –Dijo John con los ojos cristalizados.

¿Qué? Eso no podía estar pasando. Abraham estaba bien, había mejorado y ahora no podía tener a todos esos doctores en su habitación.

Me tenía que decir algo, no podía quedarse así.

Esperamos unos minutos, yo no supe qué hacer, me sentí extraña. Marie lloraba y John la consolaba y yo simplemente estuve a un costado.

Un doctor, de unos cincuenta años y con muchas canas salió de la habitación quitándose la mascarilla y los guantes.

– ¿Familia Pitch? –Preguntó dirigiéndose a nosotros.

– Sí. –Contestó Marie poniéndose de pie al instante.

El doctor nos miró a los tres y luego posó su mirada en la mujer.

– Lo siento.

Y esa fue la gota que colmó el vaso para que las lágrimas se desbordasen sin detenerse y sin poder controlarme.

Muchas gracias por leer, votar y comentar ♥

Capítulo triste lo sé :( soy una mala persona y también porque dentro de poco se acabará la pequeña novela :( x2 

Gracias por el apoyo ☺

Besotes ♥♥♥

El amor de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora