Abraham se quedó viendo como la hermosa chica huía de él. La vio correr al mismo instante que le dijo su nombre, lo había visto expectante, casi como si no pudiera creer que estaba vivo. Sin embargo, él ya estaba acostumbrado que lo miren así. Tenía Leucemia en una etapa avanzada, no debería salir a la calle solo, su mamá siempre se lo decía, mas él quería ver la belleza de la vida antes de volverse polvo.
-Ya vámonos a casa, Piscis - dijo acariciando el pelaje de su perro ovejero.
Los dos caminaron regreso a casa. Piscis pensando en ser un perro y Abraham pensando en la chica castaña con alas y un arco con flechas. Tal vez era parte de esos grupos que se disfrazan de su personaje favorito o tal vez iba a una fiesta. Lejos de él.
Cuando volvían a casa, se encontraron con algunas cuantas personas que no dejaban de mirarlos con curiosidad.
Llegaron a casa, su mamá estaba en la cocina -como siempre -Abraham dejó sus cosas en el perchero, Piscis salió disparado cuando le desabrochó la correa.
- ¿Ya llegaste? - Le preguntó su mamá apareciendo en el recibidor con un mandil de flores y utensilios en sus manos.
-No mamá, he muerto y es mi alma que está aquí. - Contestó con sarcasmo. Su madre le dio una mirada de advertencia. - Lo siento.
-Sabes que no me gustan esas bromas. - Le reprochó, se acercó a su hijo y le dio un beso en la frente. - ¿Pasó algo interesante?
-No mamá, para nada.
"Salvo una linda chica que escapó de mí" pensó.
ESTÁS LEYENDO
El amor de Cupido
Short Story¿Qué pasaría si te dijeran que Cupido en realidad existe, pero no puede ser visto por nadie? Cupido siempre ha creído eso, sin embargo algo o alguien romperá todo eso, todo lo que ha creído hasta ese entonces con un simple "hola" y una mirada a los...