Capítulo 13

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No sabía exactamente lo que ese chico tenía de especial, pero de que algo tenía, era seguro.

Sonreí al escuchar esas palabras que me había dicho con tanta sinceridad, me incliné hacia él y lo rodeé con mis brazos. Mis alas se desplegaron y también rodearon a Abraham. Él también me abrazó.

-Dime cómo soy. -Le pedí cuando nos separamos.

- ¿Cómo eres? ¿No puedes verte?

Negué con la cabeza formando una línea recta con mis labios.

-Bueno... -Abraham comenzó a inspeccionarme por un rato -tu cabello es ondulado y marrón, tienes la piel clara, pero no eres pálida, tu nariz es pequeña, debes medir como 1.60, eres delgada, pareces de unos diecisiete... y tus ojos son de un hermoso azul claro y brillan mucho

Sentí como me sonrojaba, aunque en realidad nunca supe si yo también me ponía roja como las personas que flechaba.
El cielo había tomado un celeste grisáceo y la luna ya estaba desapareciendo para darle paso al sol.

-Acabad de sonrojarte. -Comentó Abraham esbozando una muy linda sonrisa. -Te ves linda cuando lo haces.

Sentí que el color rojo se apoderaba de mi cara otra vez.

-Creo que tenemos que dejarte en tu casa. -Comenté mirando el amanecer del día.

-Debería ser que el chico deja a la chica en casa, pero dejaré que me dejes en casa solo porque eres Cupido. -Me guiñó el ojo con diversión y yo no pude hacer nada más que reírme.

-Entonces, intenta no moverte.

Abraham asintió efusivamente al momento que yo lo tomaba por las axilas para poder levantarlo. Mis alas se volvieron a desplegar y comenzaron a batir formando pequeños remolinos de aire. Nuestros pies dejaron de tocar el suelo para comenzar a volar. Escuché los gritos de felicidad y emoción por parte del chico. Se estaba divirtiendo.

Pasamos por los muchos edificios que habían, intentando no llamar la atención de nadie, lo cual fue algo difícil porque Abraham no se callaba.

Cuando finalmente llegamos al balcón de su habitación, se calló.

-Esto es lo más loco que me ha pasado en la vida. -Dijo esbozando una gran sonrisa. -Gracias, Cupido.

-Gracias por hacer esto, Abraham, el verme.

-Sinceramente es algo de lo que no me arrepiento hacer. -Le di otra sonrisa de agradecimiento.

Giré sobre mis talones para emprender vuelo, sin embargo antes de irme, sentí la mano de Abraham sobre la mía.

-Nos volveremos a ver ¿cierto? -Preguntó con aire preocupado.

-Claro que sí, lo prometo.

-Bien, entonces para que no rompas tu promesa... -Se inclinó hacia mí y me besó.

Un corto y rápido beso en los labios.

Luego de eso, sonrió más y se metió a su habitación.

¿Acaban de besar a Cupido?

rUC/

El amor de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora