Capítulo 9

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Cuando llegamos a pisar el suelo, Abraham me tomó de la mano –algo que me sorprendió mucho y me causó cierta incomodidad –y comenzó a caminar.

–Vamos, vamos. –Dijo esbozando una sonrisa y corrió.

Al estar de la mano, no tuve otra opción que correr junto a él y así fuimos dos locos corriendo en la mitad de la noche.

La ciudad de Nueva York podía ser completamente hermosa de noche, las personas no dormían y parecía el mismísimo día.

– ¿A dónde vamos? –Le pregunté intrigada y a la vez emocionada.

– ¡A ver la vida! –Contestó él con un gran entusiasmo.

–No entiendo. –Repliqué.

– ¡No tienes que hacerlo!

En esos tres encuentros que había tenido con Abraham nunca lo había visto tan emocionado como ese entonces.

Ya no dije nada más pues sabía que él no me iba a dar una respuesta clara.

Llegamos al centro de la ciudad, en donde había más movimiento, dejamos de correr y comenzamos a caminar, aun tomados de la mano.

–Cierra los ojos. –Me dijo Abraham parándose en seco.

– ¿Qué?

–Solo ciérralos.

Hice lo que él me había pedido, me guio por un corto camino hasta que se volvió a detener.

–Puedes abrirlos. –Dijo y yo abrí los ojos, estábamos frente a un restaurante. Lo miré sin comprender a lo que quería llegar. – ¿Que ves?

–Una pareja comiendo. –Contesté usando el tono más obvio que tenía.

Era cierto, había una pareja frente a nosotros y ambos estaban comiendo.

–No, Ariadna –Abraham negó con la cabeza como si supiera algo que yo no sabía. – Mira más a fondo.

– ¿Están comiendo asado?

Él rodó los ojos y se pegó a mi cara para ver a la altura de mis ojos.

–Son unos enamorados –comenzó a decir – llevan algunos meses o tal vez un año, ella está emocionada porque él la lleva pocas veces a comer, pero esta vez no es una ocasión simple, le pedirá matrimonio. Mira la cajita que sobresale de su bolsillo. Fin.

Me giré hacia él con la boca abierta. Totalmente anonadada.

– ¿Cómo supiste eso? –Cuestioné aun sin salir de mi sorpresa.

–Llevo algún tiempo haciendo esto.

– ¿Hacer exactamente qué?

–Esto... estudiar a las personas, solo tienes que prestar atención en pequeños detalles.

El amor de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora