Abraham vio cómo la linda chica se alejaba otra vez de él. Ese día también llevaba las alas de ángel que se las había visto la primera vez, así que por descarte, pensó que era miembro de algún grupo que les gustaba disfrazarse.
El muchacho no quería esperar a saber si "sus encuentros" era pura coincidencia o era el destino que la enviaba.
La primera vez, es sólo una vista. La segunda, es coincidencia. La tercera, es el destino. Pensó
Sin saber exactamente lo que iba a pasar o lo que su cuerpo iba a hacer. Comenzó a caminar en dirección a la misteriosa chica. Trotó hasta llegar a ella.
– Pero qué... –Se sorprendió ella.
–Por favor dime tu nombre, solo eso necesito. –Pidió cuando recobró el aliento perdido en la pequeña carrera.
–No. –Contestó ella intentando pasar de él. No la dejó.
–¿Por qué?
–No lo necesitas.
–Estás muy equivocada. –Se paró frente a ella, como una muralla. –De verdad lo necesito.
Cupido dudó un poco si decírselo o simplemente ignorarlo, sin embargo, algo en su mirada cambió todos sus pensamientos.
–Por favor. –Abraham comenzó a agacharse hasta que sus rodillas tocaron el frío suelo.
La muchacha se quedó boquiabierta ante el acto del chico. Algunas personas de alrededor se giraban para verlos, incluso algunos se detenían para ver el espectáculo, el cual se trataba de un chico loco arrodillado en la acera y hablándole a alguien invisible.
–Bien, me llamo Ariadna.
–Gracias.
Se hizo a un lado para dejarla pasar, ella lo miró un momento antes de salir caminando lo más rápido que podía.
Abraham estaba feliz, había conseguido su nombre. Algunas personas que estaban paradas, le dieron vistazos de confusión antes de retomar sus caminos e irse.
"Ariadna" pensó, hasta su nombre era tan lindo como ella.
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El amor de Cupido
Short Story¿Qué pasaría si te dijeran que Cupido en realidad existe, pero no puede ser visto por nadie? Cupido siempre ha creído eso, sin embargo algo o alguien romperá todo eso, todo lo que ha creído hasta ese entonces con un simple "hola" y una mirada a los...