19. ¿Kate Hiddle?

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Lila Mc'cali.

Seguí conduciendo la lancha hasta alejar me lo máximo posible, saque él control y como me había explicado Evelyn, apreté él botón rojo y exploto.

Sonrei, seguí en marcha.

No puedo creer que nos traicionaron.

Necesito encontrar a esa rata.

Empecé a maniobrar, la guardia costera casi me pisa los talones, empecé a acelerar, ya no tenía a donde ir, a lo lejos vi la orilla, atore uno de mis zapatos con la palanca para acelerar y me tiré sin que se dieran cuenta.

Sentí un dolor intenso a mi costado, venia demasiado rápido.

Comencé a nadar, el agua estaba fría, sufriré una hipotermia seguramente.

Vi la lancha estrellarse entre las rocas cerca de la orilla, me metí al agua rápido.

Abrí mis ojos, se veía todo distorsionado pero vi la luz del fuego, saque mi cabeza para tomar aire y no estaba equivocada, la lancha estaba hecha un caos.

Me quite el otro zapato, seguí nadando, salía por ratos a tomar aire porque o sea soy guapa y genial, no una sirena.

Llegue hacia la orilla y empecé a correr, pero me caí.

Sentía mis piernas cansadas, al menos ya estaba cerca.

Mi maestra de natación estaría orgullosa de mi, seguí corriendo hasta llegar a la carretera y mi pie se acalambro.

Me dolía horriblemente.

Hasta que el claxon de un auto me despertó de mi miseria, levante la vista, ni tiempo de gritar tuve, se escucho ese sonido molesto que hacen las llantas al frenar bruscamente, ya estaba enfrente de mi, me quede ciega por un momento la luz de él auto estaba puesta demasiada cerca de mis ojos.

De nuevo la muerte cerca de mi.

Se escucho como una puerta se abrió.

Intente buscar mi arma pero todo se quedo en él yate, solo traigo mi celular.

Estoy justamente en medio de los 2 focos del auto, alze mi mano para cubrir me él rostro.

—¿Señorita está bien?—preguntó un joven muy apuesto.

Que bonitos ojos tiene.

—¿disculpe?—pregunte.

—Soy del FBI la puedo ayudarla, soy el agente Wade Goldman—dijo.

Lila, piensa mujer, piensa.

Me tire a llorar.

—¿la lastimaron?— preguntó.

—no, nada de eso, es que empecé a oír disparos, me metí al agua y después una lancha salió de la nada, se estrelló en la orilla—dije llorando.

El se acercó a mí, se quitó su saco y me lo puso.

Se sentó a mi lado y tenía su mano en mi hombro.

—Descuide—dijo—¿no vio a los responsables?— preguntó.

Soy yo, por favor, él cuento que te acabo de inventar es súper falso.

—no—respondí secando las lagrimas forzadas.

—¿usted es extranjera?—pregunto.

—Si—dije—¿por que?—le pregunte.

Podia utilizar lo ultimo que me quedan de fuerzas para quitar le él arma, matar lo y escapar me.

Lamentablemente es demasiado lindo, ingenuo y del FBI.

Duelo de Mafias [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora