43.Amnesia

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Víctor León MC'cali.

Me siento mal, me siento un monstruo, me siento todo menos bien conmigo mismo.

Ojalá y Lila me pueda perdonar por que yo no puedo.

—¿Que tienes León?—pregunto Lila abrazandome.

—nada, sólo recordaba algo—dijo.

—¿no le harán daño a los chicos?—preguntó.

—si lo harán, Luis lo dijo—respondi.

—pero hay una de ellos que está embarazada—dijo, ¿acaso Luis tiene basura en la cabeza?— grito y salió de la habitación.

La segui pero camina bastante rápido.

—Vic, dejalos ellos no son nada tuyo y vuelve a entrenar —dije.

—si no son nada mío—dijo hablando muy rapido—¿por que me dijieron cosas feas y me tiraron un arma en la cara?—pregunto parando en seco.

Miente.

—Vic —dije lentamente—¿recuerdas algo?—pregunte asustado y acercando me a ella.

Ella suspiro y se volteo hacia mi.

—si recordará algo no estaría así, tengo sueños pero no se, estoy confundida León—dijo desesperada— ¿y si no logro recordar?—pregunto con lágrimas en los ojos.

—claro que lo haras—menti.

La acerque a mi y la abrace, no quería que recordará.

—Habla con Luis y dile que no le haga nada a la que está embarazada —dijo.

Asentí.

Segui caminando hacia el despacho de Luis, pero no estaba.

•••••

Hace unos días agarraron a Victoria Damiani, la han estado torturando, no le han dado de comer en varios días.

Luis la mando a que la arreglen para que pelee contra nosotros.

Tengo ansias de que llegue mi turno, la destruiré.

Los chavos la encontraron en una especie de Tina con agua, sangre y demasiado hielo, con su pulso muy débil, ellos al principio pensaron que estaba muerta pero no, la trajeron y su tortura comenzó.

—¿Quien es el primero que se enfrentará a la gran reina de Diamantes?—pregunto Sebastian.

—yo —conteste.

Los chicos gritaban, ella estaba con el cabello suelto, entre al octagono y tenía sangre seca en los brazos, se veía fatal.
Aún no le había visto el rostro.

Corrí e hice que se estrellara contra la red del octagono, ella estaba sudada y fría.

Me agarró del cuello y empezó a apretarlo pero su fuerza cada vez se reducía, no dude en agarrarle igual el cuello y aventarla contra el piso.

Duelo de Mafias [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora