13. ¿Qué te pasó?

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Jael jones

Me acabo de despertar, apenas hace una semana me di cuenta de que mi mejor amiga está viva, Alex está durmiendo a mi lado, él es muy lindo, no puedo dejar de ver lo.

Me levanté y me metí a la ducha.

Después de estar 20 minutos ahí, salí con una toalla enrollada, Alex ya estaba despierto.

—Jael vístete por favor—dijo Alex.

—no tiene nada de malo, aparte es como si no estuvieras, ya sabes—dije apenada.

—Lo soy pero aún así te tengo que respetar— dijo.
—okey, lo siento— dije.

—me daré una ducha, Victoria nos trajo más ropa en la mañana y ya consiguio los celulares, agarra uno y yo me quedo con el otro—dijo.

Empecé a vestirme ya que después iría con Lila para que me dijera como funciona esto, ya que últimamente anda muy ocupada.

No le avise a mi familia o amigos, no es que tuviera ya que después de la muerte de Lila todo se vino abajo.

Me tenía que cepillar los dientes, lo bueno que al día siguiente de ver a Lila, la señora Regína Fabrelli nos dejo todo lo necesario para nuestra higiene personal.

Me metí al baño y Alex tiene un cuerpo que es imposible dejar de mirar y si es posible, no quiero.

Jael concentrate tu vienes a cepillarte los dientes no a morbosear a tu amigo, supongo.

—Jael— dijo.

No te sonrojes, no lo hagas, me sonroje.

—vine a cepillarme los dientes—dije.
—esta bien, si quieres toma una foto dura más—dijo riendo Alex.

—la verdad no y lo siento, no es mi culpa ser asi—dije y me empecé a cepillar con una sonrisa de oreja a oreja.

Mi día comenzó genial, si podría a acostumbrarme a ver un chico lindo desnudo por las mañanas y más con su cuerpo.

Rayos, esto es acoso, lo dejaré de hacer.

Tocaron la puerta.

—¿Quien es?—pregunte.

—soy Victoria —dijo Lila.

Abrí la puerta y no podía creer lo que estaba viendo.

—¿Qué te pasó?— le pregunté.

••••

Ethan Fray

Ya ha pasado una semana desde que volví de Italia, Victoria o Lila me deja en visto o simplemente me contesta cortante.

Se que es ella, lo sé.

Mi celular sonó.

—pero mira nada más — dije.

— Hoy en Malibú —dijo — ¿si sabes donde queda? —pregunto.

—en el condado de los angeles— dije —¿en que parte de ahí te veré? — le pregunté.

—Nosotros los encontraremos —dijo.

—Está bien Cariño—le dije.
—no me digas así— dijo.

—¿por qué no?— le pregunte.

—contigo no se puede, mejor mañana nos vemos en la playa con tu gente —dijo ella.

—lo que tu digas cariño—dije.

— si cariño —dijo.
—cariño — dije y ella colgó.

Duelo de Mafias [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora