13.Siempre ha sido ella

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La lluvia caía con fuerza sobre el pequeño cuerpo que yacía en el suelo de rodillas, sus fuertes sollozos hacían eco sobre el silencioso lugar mientras que dentro de mi cabeza golpeaban sin piedad alguna observando la horrorosa imagen que tenia delante de mis ojos.

Con mis piernas temblorosas salgo de la casa rapidamente hasta ponerme de rodillas a su lado para alzar su rostro con delicadeza y observar sus ojos.

Su maquillaje esta completamente corrido, su cabello empapado y sus lágrimas bajan sin cesar en forma de cascada. Siento mi corazón romperse en mil pedazos... esto duele joder.

Mis brazos la cogen en alza como un novio lleva a la novia el día de su boda, mientras estos la sujetan con fuerza para entrar a la casa a paso decidido, las miradas de todos son de estupefacción. Mi mirada viaja hacia todos y cada uno de ellos con la intención de que sea lo que sea que haya ocurrido no la agobien ya que no es el momento adecuado.

Subo hasta la habitacion de invitados para dejarla recostada en la cama, sus ropas están mojadas asique con cuidado empiezo a subir su vestido para ver como de un fuerte grito me empuja y se empieza a hacer una bola sobre ella misma... Mi ceño se frunce al ver su extraña reacción.

- Nahiara... - susurro mientras acarició su mejilla - no te voy a hacer nada malo... te lo prometo - finalizó captando su mirada perdida y aturdida a la vez.

Poco a poco vuelvo a empezar a quitarla el vestido mientras un nudo se atora en mi garganta. Cuando por fin logro quitarlo por completo mis puños se aprietan con fuerza, su pequeño y delicado cuerpo está lleno de grandes moratones y rasguños. Mi mirada capta la suya para descifrar que es lo que ronda en su cabeza en este preciso instante.

- Princesa... - la llamo logrando captar su atencion - Cuentame que ha pasado - digo con un tono suave aun queriendo gritar.

- Ellos... eran demasiados yo solo quería irme - empieza a decir con la voz temblando mientras puedo escuchar como su respiración se agita y su mirada se pierde en algún punto de la habitacion.

- Quienes? Que paso ? - digo mientras quito mi chaqueta para despues colocarla por encima de sus hombros ya que esta tiritando del frio.

- No lo se - dice bajando su mirada hasta el suelo.

- Quieres seguir hablando? - pregunto con tristeza en mi voz.

- No... solo quedate aquí protegiéndome mientras duermo porfavor - dice mirandome fijamente a lo que yo solo asiento.

Con delicadeza la introduzco entre las sabanas de franela para después besar su frente y recostarme a su lado viendo como sus pequeños ojos se empiezan a cerrar lentamente.

Cuando veo que su respiración es pausada y esta completamente dormida me levanto para bajar al salón donde todos se encuentran con cara de sorpresa sin entender muy bien que es lo que ha pasado.

- Que ha pasado?- preguntan mis padres sin poder creer lo que está ocurriendo.

- Aún no lo se, no ha querido hablar mucho - confieso en un suspiro frustrado.

- Cómo esta izan? - pregunta Cinthia en un ataque de nerviosismo.

- Esta mal solo dejemos que descanse por hoy - digo mientras siento mi corazón bombear con fuerza.

- Te quedarás con ella? - pregunta mi madre mirandome con atención a lo que yo asiento y subo a ver como esta Nahiara.

Su respiración es tranquila a compás de los movimintos de su tórax. Su cabeza yace en la almohada mientras su cuerpo se encuentra tapado con las sabanas. Suspiro al recordar cada uno de los golpes que habrá recibido, me duele joder... me duele verla así y no saber que hacer por ella.

Quito mi ropa dejándola extendida en una silla para después introducirme en las sabanas con ella. Mis brazos se aferran a su pequeña cintura mientras mi cabeza reposa en el hueco de su cuello.

--- A LA MAÑANA SIGUIENTE ---

Unos débiles rayos de sol hacen que me despierte. Cuando mi mirada se posa en Nahiara ella me sonríe débilmente, sin duda me estaba observando mientras dormía. Miro la hora del reloj que hay en la habitacion y son las siete y media.

- Buenos días princesa - digo con mi voz ronca mañanera mientras con mi mano acarició su pelo - como te encuentras - pregunto mientras me acerco un poco más a su cálido cuerpo.

- Me duele todo - dice mientras pasa sus manos por mi abdomen acariciandolo.

- Quieres contarme que paso ayer... - pregunto mientras mis dedos se entrelazan a los suyos de la mano que me está acariciando a lo que ella asiente para aclarar la voz.

- Iba a mi sitio de siempre, estaba muy descolocada por la situación que paso entre nosotros iba pensando y choque con alguien - empieza a decir mientras suelta un suspiro - Eran tres chicos de unos 25 años... Sus miradas eran frías y desde que los mire a los ojos se que nada bueno tramaban, mientras dos me sujetaban el otro me robaba todo lo que tenia - hace una pausa para cojer aire - después intentaron propasarse conmigo, yo solo intentaba huir de allí como fuera posible, me golpearon hasta dejarme en el suelo prácticamente inconsciente. Horas despues desperté cuando la lluvia empezó a caer y como pude vine aquí - termina de decir mientras las primeras lagrimas empiezan a caer.

- Te llegaron a... - susurro mientras con mis dedos quito las gotas saladas de su cara.

- No... - niega mientras me mira fijamente. En ese preciso instante la presión de mi pecho desaparece, creo que no podría soportar que la hubieran hecho eso.

- Lo siento - digo mientras mis brazos la rodean con fuerza - te prometo que siempre estaré ahí para ti - prometo mientras una lágrima rebelde sale de mis ojos.

- No tienes la culpa de nada... - dice mientras se separa de mi y me observa con intensidad - Izan estoy enamorada de ti - confiesa mirandome como solo una mujer enamorada te puede mirar.

Y en ese preciso instante es cuando te das cuenta que tu también lo sentías, que era real, tan real como el dolor de ver a la persona que quieres hundida, tan real como la vida misma, como un beso, como un suspiro. Muchas veces intentamos olvidar lo que sentimos por miedo a caer, a caer en el aviso del dolor.

Un millón de imágenes llegan a mi cabeza como si de un rompecabezas se tratara haciéndo que me de cuenta de una cosa... Que he recordado cada instante con ella...

Las primeras palabras que escuche de sus dulces labios, la primera sonrisa que me regalo, el primer beso que nos dimos, la primera vez que la hice el amor... siempre ha sido ella. Y todo esto es más sencillo de lo que pensamos, solo es cuestión de intentarlo...

" No puedes tener lo que quieres si para conseguirlo tienes que fingir que no lo quieres "

IzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora