Izan

55.Un hogar

Nahiara

Preparaba el solomillo, solo faltaba unos segundos para que el horno saltará, había decidido que seria en salsa de wisky se iban a chupar los dedos... solo deseaba que las cosas salieran bien aunque se que va a ser muy complicado por las maneras de mi padre. Se que no tiene corazón, que se mueve por el poder, y que las personas que no poseen nada para el no son nadie.

Ojalá hubiese nacido en una familia humilde y hubiera tenido una familia de verdad...

Salgo de la cocina y me dirijo al salón donde se encuentran, mis ojos viajan con sorpresa al lado vacío de la mesa donde debería de estar sentado izan... y no está haciendo que mis manos suden.

- Padre donde esta - noto un nudo en la garganta mientras mi respiración se entre corta.

- Se ha ido, no quiere estar contigo hija - eleva sus hombros con desden mientras sus ojos muestran satisfacción.

- No me engañes padre se que no se ha ido por su propia voluntad - suspiro mientras mi pulso se acelera y un vacío se apodera de mi.

- Nahiara no debes de estar con el, no es lo que mereces - llena un vaso de champagne sin remordimiento alguno ante sus palabras.

- Padre quiero estar con el lo tienes que aceptar - suspiro mientras me siento en la mesa y apoyo las manos en la cabeza. Me estoy volviendo loca.

- Nahiara si quieres estar con el adelante, pero olvidate de todo lo que tienes y sobre todo de que tienes una familia - sonrie autosuficiente mientras mis ojos se empiezan a cristalizar.

- Voy a estar con el padre - sentenció mientras las primeras lágrimas caen por mi rostro sin poder controlarlas.

- Muy bien, ves buscando un lugar donde dormir porque esta ya no es tu casa, ahora mismo cancelare las tarjetas familiares y todo lo que tengas nuestro, ya no te pertenece nada - se levanta mirándome por encima del hombro - mañana tienes que estar fuera de aquí - sus ojos envenenados de ira se clavan en los míos.

- Esta casa me la compro madre - susurro pero se que lo oye por su rostro sorprendido.

- y tu madre esta casada conmigo, y está a su nombre... por lo tanto es mía - se acerca lentamente - adiós - finaliza mientras sale por la puerta dejándome con el corazón en un puño.

Subo a mi habitación corriendo mientras sollozo fuertemente, cojo la primera maleta que encuentro y la empiezo a rellenar con todo lo que tengo en el armario y cosas del baño sin parar ni un segundo.

Después de ello cojo el móvil y llamo a izan, una, dos, tres... pierdo la noción de cuantas veces le habré podido llamar sin exito alguno. Entonces decido llamar a cinthia se que es tarde pero no tengo otra opción. Después de un par de toques el teléfono se descuelga.

- Hola? - saluda dudosa ante mi llamada.

- Necesito tu ayuda cinthia - confieso con la voz entre cortada - Necesito que localices a tu hermano - finalizó nerviosa.