27.Se acabó tu tiempo

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En que momento mi vida se torno de negro? Ya tenía suficientes problemas... no necesitaba más. Esto me ha hecho darme cuenta de que realmente estoy enamorado, que necesito de su compañía, de sus caricias,de su forma de mirarme, cada una de sus sonrisas...

En que momento la convertí en un monstruo sin sentimientos? En que preciso instante fue? Quizas fueron mis múltiples fallos los que hicieron que su manera de ser cambiará drásticamente, no lo se, solo se que ahora me siento como el más grande de los idiotas llorando por la mujer que amo.

Que se supone que tengo que hacer? Si he intentado que me perdonará por todos los medios ahora el que tiene que perdonar y olvidar soy yo... cosa que no hago ya que se ha comportado como una auténtica perra.

Me tiro en el sofá mientras miro la tele sin ver nada, como si de un cuerpo sin corazón se tratara meditando como pude pensar que todo había acabado, pensando que podríamos intentar algo desde cero... pero me equivoque, me utilizo y me piso de maneras inimaginables.

La puerta se abre dejándome ver a Cinthia y a Rodrí, no he querido hablar con nadie en un par de días... me he dedicado a encerrarme en la habitacion y las pocas veces que salía de ella era cuando la soledad reinaba en la casa.

- Vas a contarnos que paso?- pregunta Rodrí mientras se sienta a mi lado y pasa su brazo por mi hombro.

- Tienes que hablar... no puedes cometerlo tu solo - dice cinthia mientras sus ojos muestran tristeza.

- Que os voy a decir, soy un estupido - suspiro mientras intento explicar lo inexplicable - me utilizo - continuo mientras mi voz se entrecorta - lo hicimos, la dije que la quería para que después me echará de su casa a patadas, no la importo verme llorar ni ver como se me partía el corazón - confieso angustiado - ella misma me lo confesó quería verme así, me había utilizado - finalizó mientras la primera lágrima resbala.

-Cómo... ? - Pregunta Cinthia con sus ojos encendidos en llamas - Eres mi hermano por encima de todas las cosas, esto no puede quedar así - dice mientras se levanta y sale corriendo sin decir ni un adiós.

- Eso ha sido.. joder, normal que estés así - confiesa mi amigo con pena - pero saldrás de esta enserio - anima con media sonrisa mientras me abraza.

- Estoy perdido, no se ni que hacer... - confieso mientras miro a mi amigo en busca de consuelo.

- No te voy a decir que no luches porque al final harás lo que quieras - afirma con una carcajada.

Me levanto para salir a dar un paseo creo que me vendrá bien despejarme. Total ahí dentro mucho no iba a hacer. Camino entre multitud de parejas que pasean de la mano mientras sus rostros están radiantes de felicidad, envidia. Envidia es lo que siento al no poder ser yo el que camina de esa manera con ella, celos... celos de que otro pueda estar con ella.

Mientras voy sumergido en mis pensamientos mi hombro choca con algo o mas bien alguien, haciendo que una chica casi caiga al suelo, mis brazos rodean su pequeño cuerpo y cuando mis ojos se fijan en los suyos veo hielo, puro hielo que me deja sin aliento.

- Nahiara.. - susurro como si hubiera visto un fantasma.

- Sueltame - dice de mala gana mientras quita mis brazos con desdén lo antes posible.

- No, ya basta porfavor - digo mientras agarro su muñeca para que no se vaya - Tenemos que hablar, esto no puede estar pasando - digo notando como mi voz se entrecorta.

- No te quedo claro la última vez izan?- dice con ironía y maldad... mucha maldad.

- Te has convertido en una perra - escupo mis palabras con dolor para sentir como su mano impacta contra mi cara dejándome un fuerte picazón en esta.

- Soy como tu, no te das cuenta? - alza el tono mientras muerde su labio para observar mi mejilla colorada.

- No me vuelvas a tocar... - grito mientras la señaló con mi dedo amenazante.

- Yo.. no quería... joder... -dice con remordimientos mientras da un paso al frente - Te duele? - pregunta mientras pasa su pequeña mano por la zona dañada.

- Te importa? Prefiero este dolor al que siento por dentro... pero claro, tu que vas a saber - retiro su mano con rabia mientras mis ojos irradian sufrimiento, dolor, angustia...

- Izan... - susurra mientras agarra mi brazo para que la mire pero eso no está en mis intenciones.

-No Nahiara, no más izan... si no me quieres en tu jodida vida mirame a los ojos y dime que no vuelva a aparecer, que no sientes nada por mi, que solo me has utilizado - salen las palabras solas mientras cojo aire - dímelo Nahiara - grito sintiendo mi corazón estrujarse - dímelo, porque si es verdad que no sientes absolutamente nada por mi no volveré a aparecer en tu vida te lo juro - grito mientras la encaró.

- Yo izan... - intenta decir en un mar de dudas sin resolver.

- No, joder, contestame, dime que soy el único que está jodidamente enamorado que no me quieres, dilo, no quiero perder más mi tiempo - empiezo a perder los nervios por completo.

- Izan escúchame.. - implora con sus ojos cristalizandose.

- Contestame, si o no, no quiero escuchar ninguna de tus películas no sientes nada por mi?- pregunto nuevamente mientras la duda me reconcome haciendo que los nervios estén a flor de piel.

- Izan porfavor - súplica mientras su cara empieza a pedir un poco de piedad pero no... ya no más.

- No eres capaz de decir que me quieres, si así fuera hubieras contestado al segundo pero no.. te evades de contestar y yo... yo no puedo más con esto, se acabó ya has elegido - confieso con tristeza - no te volveré a molestar - finalizó mientras me suelto de su agarre que no me había fijado hasta este momento.

Empiezo a caminar en dirección a mi casa, el corazón ha dejado de latir... solo quería que me contestará y no lo hizo. De ser al revés yo no me lo hubiera pensando ni un segundo en decir todo lo que siento por ella.

- Izan - escucho que gritan en mi espalda - vuelve tenemos que hablar - termina de decir con desesperacion.

Me giro cogiendo aire mientras medito mis últimas palabras hacia Nahiara porque aseguró que lo serán. Suelto el aire para calmar mi rabia y digo lo que siento en el momento, lo que pienso.

- Se acabó tu tiempo - grito para que me escuche mientras mis piernas empiezan a caminar más rápido para llegar lo antes posible a casa.

IzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora