Izan
Llevaba unos diez minutos mirando cualquier esquina de la habitación sin saber muy bien que es lo que estaba mal conmigo. Porque había tenido que besarla? Como un idiota, que es lo que soy, que me lleve el mismísimo demonio por cada una de mis cagadas, que a estas alturas son demasiadas. Ese mero hecho solo había empeorado las cosas, habia vuelto a levantar un mar de sentimientos que creía ocultos en lo más profundo de mi.
- Vamos? - pregunta rodri asomando su cabeza por una rendija en la puerta, cosa que me hace sonreir.
Suspiro un par de veces antes de salir por la puerta e ir al muelle. Se que si esta será muy incómodo para ambos después de lo de hoy, creí que estaba preparado pero mierda, no, no y no. Como iba a estar preparado? No podía empezar algo aun con rencor, nunca saldría bien. Moría de ganas por estar con ella pero se que no puedo, y es mas difícil cuando quieres pero sabes que no puedes, porque al final ambos saldremos lastimados.
La noche empezaba entre tragos, sabia que hoy no era mi día. Mis diablos salían a relucir constantemente, mi humor no era el mejor del mundo. Lo único que me desahogada en estos momentos sabia lo que era perfectamente, y no... no hablo de tener sexo con cualquier perra que se me acerque. Para vuestro asombro no había tenido sexo desde la última vez con Nahiara sorprendente no? Creo que me había vuelto una persona más solitaria respecto a ese tema. No necesitaba compañía para sentirme bien.
Bueno sin cambiar de tema, lo único que sacaría mis demonios era coger mi moto y correr, todas las noches había carreras y hoy no sería la excepción.
Media hora después me encontraba rugiendo mi moto en la línea con un par más de contrincantes. Tenia tanta rabia dentro que necesitaba sacarla como fuese. Y esta era la mejor de las maneras... si no quería matar a medio muelle.
Una chica con ropa diminuta da la salida mientras a la voz de ya levanta la bandera indicando el inicio de la carrera. Los primeros minutos me concentró en llevar ventaja y de forma fácil y ágil así lo hago. Entro a un pueblo fantasma sintiendo como el aire choca contra mi faz haciendo que suspire.
" sabes que la quieres... o quizás sea una obsesión? "
" porque no acabas con esto ya? "
" tienes que poner punto y final a esta absurda historia "
Mis puños siguen apretando el manillar con fuerza mientras sudores fríos recorren mi frente, cruzó el pequeño puente haciendo que mi moto salte haciendo que casi pierda el control sobre esta. Ya queda poco...
" la odio, la odio tanto que no se merece ni que la recuerde "
Mis ojos miran al frente para ver que a unos quinientos metros se encuentra la meta y con ello una avalancha de personas que esperan al ganador. Miro hacia atrás para ver que uno de los contrincantes me pisa los talones, aceleró más para sentir como se pone a mi par y con un ligero empujón de pierna hace que pierda el equilibrio de la moto cayendome sobre el duro asfalto quedándome ahí tendido, sintiendo como duele como la puta mierda.
La gente corre en mi auxilio, mientras tanto pestañeo un par de veces para ver como un círculo se marca a mi alrededor y rodri y Adrián se disponen a Ayudarme.
- Te duele algo? - pregunta Adrian preocupado ante mi gesto dolorido.
- solo un par de roces no os preocupéis - susurro para levantarme y hacer lo mismo con mi moto que ha quedado a unos cinco metros de mi.
- la habéis visto? - pregunto aun con pequeños quejidos.
- Ahh.. a Nahiara? - pregunta rodri sorprendido - No ha venido - pone una mueca en su rostro a lo que yo asiento y me despido de ellos con un choque de puños. Saben que necesito huir de aquí asique no rechistan a pesar de mi pésimo estado.
Arranco mi moto que gracias al mismísimo infierno no ha quedado echa mierda pero tendre que pintarla y hacer un par de arreglos, para emprender camino a casa de Nahiara. Y no me preguntéis porque pero cada vez que vengo aquí tengo la necesidad de buscarla, soy un jodido estúpido.
Minutos después y con leves quejidos que salen de mi boca llego a su casa. Y no os lo voy a negar, siento mil agujas en ciertas partes de mi cuerpo que me duelen a rabiar, duelen hasta querer llorar pero no iba a mostrar debilidad. Llamo a su timbre para que segundos después abra la puerta mirándome de arriba a bajo.
Seamos sinceros, mi chaqueta esta destrozada, mis pantalones rasgados y se que tengo un par de rasguños en mi cara, bueno y los que no me he visto aún. Se tapa la boca con una mano para después tirar de mi y arrastrarme hasta su habitación donde me deja tumbado. Segundos después aparece con un botiquín mientras se muerde el labio nerviosa.
- No es necesario, te lo agradezco - sonrió débilmente intentando que cambie la cara de preocupación.
- Dios izan, que ha pasado - suspira mientras con delicadeza retira mi chaqueta.
- Me he caído de la moto no es nada grave tranquila - intento evitar su sufrimiento pero sabe que bien no estoy.
- No te has visto verdad? - pregunta mientras retira mi camisa para ver como mis codos y parte de mi cadera están rasgados y empiezan a tomar un color morado.
- No me duele - intento aguantar los quejidos a pesar de que me duelen como el demonio.
Saca unas gasas de su kit para empaparlas en suero mientras sujeta el alcohol con la otra mano y me mira con ojos suplicantes.
- Agua oxigenada - abro mis ojos al ver sus intenciones de rociar mi cuerpo en alcohol.
- No queda, te lo lavo con suero y luego te echo alcohol - intenta convencerme a sabiendas que voy a morir de dolor.
- No, no... ni se te ocurra - me levanto de la cama con un quejido fuerte al haber echo ese movimiento tan brusco.
- Deja de ser niño - sonrie en mi dirección mientras empieza a lavar con cuidado las heridas de mi cuerpo
- esta es tu venganza verdad? - sonrió débilmente con una carcajada, río por no llorar porque joder como duele.
- Si no te callas y te portas mal... si, será mi venganza - eleva una de sus cejas de forma autoritaria.
Después de estar unos quince minutos curando cada una de mis heridas me indica que me quite el pantalón ya que es obvio que también tengo que tener algo.
- Esta bien así Nahiara - sonrió abiertamente pata evitar que me vuelva a hacer sufrir con el jodido alcohol.
- Ya, bajatelos - indica con su dedo mientras frunce el ceño, al ver que no hago caso desabrocha mi botón para luego bajar la cremallera y con ello mis pantalones.
- Tan rápido? - elevó mis cejas con la mejor sonrisa pícara que tengo, por el contrario ella posa el algodón sobre una de mis heridas haciendo que gima y la obedezca de forma inmediata.
- la próxima vez seré más Cruel - niega con la cabeza para inspeccionar las heridas de un lateral de mis piernas.
Cuando termina de curar todo, que para mi fue una eternidad se sienta a mi lado y me observa con precaución para desaparecer por la puerta y traerme un ibuprofeno.
- tomatelo - indica con su dedo - mañana te dolera mucho más izan - extiende un vaso de agua a lo que yo solo asiento y la obedezco.
Sus ojos me inspeccionan con pena, se nota la preocupación a leguas. Ninguno hablamos solo nos quedamos en un gran silencio que se hace incomodo... estoy seguro que para ambos.
- Te puedes quedar a dormir si quieres- me invita mientras roza con sus dedos mi mejilla a lo que yo asiento y noto como ella se va lentamente de la habitación.
- Nahiara - observó como se da la vuelta - duerme conmigo porfavor - suplico mientras muerdo mi labio nervioso,a sabiendas que puede darme una negativa.
No quiero dormir solo, me siento jodidamente débil y aunque parezca imposible su presencia me calma.
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Izan
Roman d'amourDicen que la vida es una lucha continua en el que cada día hay que superar nuevos obstáculos. Dicen que todo lo que pasa es por algo y también dicen que cada uno somos quienes somos y eso nadie lo podrá cambiar. Pero... que pasaría si un día te lev...