42. Un gran, gran problema.

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– Hora de despertar, dormilona.

Una suave caricia recorre mi mejilla y despierto. Abro los ojos lentamente y mi primera vista es bellísima. Niall está sentado al lado de la cama, mirándome con una radiante sonrisa.

– Buenos días, cariño.

– Buenos días. –respondo adormilada, sonriendo contagiada por él. ¿Y por qué tan feliz?

– Traje el desayuno. –anuncia dejándome ver la bandeja con el desayuno que está sobre la mesita de noche. Vaya, alguien amaneció de muy buen humor. Me desperezo y me siento sobre la cama.

– Se ve delicioso. –digo viendo los hot cakes acompañados del delicioso tocino a su lado y dos vasos con jugo de naranja. Bueno, es una mañana prometedora por lo que veo.

– Te aseguro que lo está. –responde sin dejar de sonreír. Bien... ¿Qué mosco le habrá picado? – ¿Quieres desayunar?

– Claro. Solo iré un momento a mi habitación. –digo saliendo de debajo de las sabanas y me pongo de pie.

– Bien, te espero.

Salgo de la habitación y entro rápidamente en la mía. Me voy directo al baño y me veo en el espejo. Dejando de lado mi grandioso peinado, parezco más relajada que de costumbre, y con razón. Dormí muy bien anoche. Me enjuago la boca y cepillo mi enmarañado cabello. Bien, creo que ya estoy un poco más presentable. Salgo del baño y de la mesita de noche tomo mis gafas, y luego de ponérmelas tomo mi teléfono. Veo la hora. 9:32am. Además de un nuevo correo de parte de la oficina. No veo alguna nota de que sea urgente, así que lo veré más tarde. Salgo de la habitación y entro a la de Niall.

Niall está metido de lleno en un programa que ve en la televisión. Parece muy entretenido.

– ¿Qué es lo que ves? –pregunto intrigada, sentándome en la cama a su lado.

– Están pasando un especial de Scooby Doo. –responde apenas mirándome.

Veo en el televisor que el equipo de misterio a la orden están en una casa abandonada buscando a cuatro fantasmas que se la pasan jugándoles bromas. Es muy entretenido, la verdad. Aunque ya tengo hambre. La película salta a comerciales, lo que me da la oportunidad de llamar la atención de Niall con el desayuno.

– ¿Qué te parece si comenzamos con este delicioso desayuno? –digo poniendo la bandeja sobre mis piernas. Se me hace agua la boca de solo ver el tocino. Nunca me cansaría de comerlo.

– Me parece perfecto. Préstame esto, yo la sostengo. –toma la bandeja de mis piernas y la coloca sobre las suyas.

Desayunamos tranquila y cómodamente mientras vemos a Scooby y a sus amigos haciendo un sinfín de cosas, entre risas, comentarios, y una que otra broma. Esto es estupendo. Pasar así el tiempo con Niall me hace querer pasarlo más con él, incluso todo el día si es necesario. Está tan relajado y de buen humor... ¿Será porque dormimos juntos? ¿O por qué parece que hará un mejor clima que ayer? No lo sé, pero prefiero mil veces esto a cualquier otra cosa. Yo por mi parte dormí muy a gusto. Sin sueños de accidentes o de algunas notas tristes provenientes de algún lugar. Solo dormir y disfrutar del descanso.

Cuando terminamos el desayuno, el gran maratón de Scooby Doo termina. Y yo que creí que no podía haber tantas películas de Scooby. Pero no dejan de encantarme.

– ¿Quieres que te ayude aquí con alguna cosa? –pregunto saliendo de la cama. Creo que son alrededor de las doce treinta.

– No, yo me encargo, no te preocupes. –responde Niall con una ligera sonrisa mientras también sale de la cama.

Viaje Inesperado [N.H.]© Parte#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora