52. Regreso.

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El trayecto al aeropuerto de Pretola me parece eterno. La noche es fresca, pero no soy capaz de sentir el frío en mis brazos y cara. Dentro del auto que nos lleva al aeropuerto, hay un silencio profundo y tenso.

Desde que recibí la llamada de Louis, todo a mí alrededor funciona de forma automática e inconsciente, mientras mi cuerpo se mueve de forma instintiva.

Becca llegó a mi lado, justo a tiempo para terminar la llamada con Louis. No podía entender nada de lo que me decía, hasta que me sacudió un par de veces y puse mi vista sobre la de ella. Me dijo que Louis necesitaba que estuviera en Londres lo más rápido que pudiera, que llegando a la ciudad, me explicaría lo que había sucedido.

Becca también me ayudó a hacer mi maleta, la cual no tomó mucho tiempo en hacer, y también se encargó de llamar al aeropuerto y comprarme un boleto con el primer vuelo a Londres. Sé que soy un completo desastre en este momento, pero no es algo que me importe mucho precisamente hoy, mucho menos siendo la hora que es.

– Me llamarás apenas llegues a la ciudad, ¿de acuerdo? –escucho que la preocupación aún se hace notar en su voz.

– Lo haré, Becca.

– Aun puedo acompañarte, ¿sabes?

– Lo sé. Pero será mejor que te quedes aquí unos días, distraerte un poco, como ya lo habíamos dicho –mis problemas no tienen por qué salpicarla a ella.

– Vale. Te llamaré cada que tenga oportunidad.

– Está bien.

El taxi se detiene frente al aeropuerto y yo bajo del auto con mis bolsos en mano. Me siento extraña. Quiero llegar lo más pronto posible a Londres, pero, por otro lado, no sé si sea buena idea. Temo de lo que me pueda encontrar allá.

Becca me acompaña hasta donde le es permitido entrar. Se despide de mí, con su rostro bañado en preocupación y angustia que la hacen lucir más años de los que tiene. Sé que está preocupada por Niall, pero también lo está por mí. Sabe que Niall es demasiado importante para mí como para afectarme de alguna manera. La tranquilizo un poco diciéndole que la llamaré todos los días, en cada momento que tenga disponible, y que para cuando regrese a Londres, la estarán esperando las dos cajas de bombones con chocolate que le debo. Y con eso es suficiente para que la Becca insoportable volviera por un momento.

Tomo asiento en una de las filas de asientos que hay para esperar el vuelo. Mi vuelo sale a las tres veinticinco de la mañana, así que solo faltan casi diez minutos para que me llamen para abordar.

No sé qué rayos hacer para distraerme. No quiero pensar en Niall, eso me pone más nerviosa aun. Me hace pensar cosas horribles que, ruego al cielo, no sean ciertas. Imagino cientos de escenarios, uno más trágico que el anterior. Louis nunca mencionó que clase de accidente fue. Y cuándo caigo en la cuenta de esto, mi corazón se detiene un segundo.

¿Qué tal si accidente fue en el avión? ¿O mientras iba de camino a su casa? O quizás lo atropellaron al cruzar la calle. No sé cómo lo voy a encontrar, si con una pierna rota, la cabeza abierta o todo su rostro desfigurado.

No, no, no. No puede ser cierto. No quiero que le haya pasado algo, cualquier cosa. No. ¿Estará en el hospital? Espero que no sea nada grave como para estar en un lugar frio y solo como un hospital.

Cuando menos lo espero, nos llaman para abordar. Somos solo un puñado de personas las que subimos al avión, así que no tardamos en despegar.

– ¿Se le ofrece una manta o algún bocadillo? –murmura la sobrecargo de pie a mi lado, con una sonrisa en sus labios llenos de labial rosa.

Viaje Inesperado [N.H.]© Parte#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora