43. Una noche llena de sorpresas.

2.2K 119 20
                                    


– ¡Eso no es justo! ¡Lo hice mejor que tú!

Según el estúpido resultado, cometí más errores que Niall, quien no cometió ninguno. ¡Ni uno solo! Yo jugué perfectamente.Está bien, si cometí errores, admito que ni con una estúpida guitarra de juguete puedo tocar bien. Nunca se me ha dado tocar la guitarra, además no es de mis instrumentos favoritos.

– Tranquila, cariño. Irás mejorando con la práctica. Mucha práctica. –me dice, burlón. Pues sí, como él ganó seis de siete, no se queja.

– Esto es injusto. Estoy segura de que la guitarra está trabada o algo.

– Solo admite que soy mucho mejor y ya, eso es todo, nena.

– Eres un presumido y un creído.

– No seas nena. Mejor juguemos una ronda más.

– Si no te habías dado cuenta, soy una nena. Y no, ya no quiero que me sigas timando ni haciendo trampa.

– Yo no hice trampa. Tú eres mala perdedora.

– ¡Eso no es cierto!

– Claro que sí. – ¿acaso quiere hacerme enfurecer?

– Mejor iré a ver que podemos comer hoy. –dejo la guitarra a un lado y salgo de la habitación.

Estoy casi segura de que estaba en modo difícil o de que algo tenía esa guitarrita. Niall no puede ser tan absolutamente bueno en todo, pero ya no importa. Entro en la cocina y comienzo a inspeccionar el refrigerador y la despensa. Encuentro filetes de pescado. Estaría delicioso frito o algo así.

– ¿Alguna idea para la comida? –me pregunta Niall, entrando en la cocina.

– Algo así. Me parece filete de pescado, pero no sé cómo prepararlo.

– ¿Qué te parece al ajillo con champiñones? Está muy bueno.

– De acuerdo. Pero solo si me dejas ayudarte a prepararlo.

– ¡Perfecto! Pero sin quemar nada esta vez. –se burla de mi, de nuevo. Lorane debió contarle sobre mi fracaso en mis clases de cocina.

– Que graciosito, Horan. Que se me haya quemado algo, no quiere decir que se me quemará todo por siempre. –o al menos eso espero.

– Bueno, pues según mis cuentas, has quemado alrededor de dos comidas y tres servilletas de tela hasta la fecha. –fue por accidente, lo juro. Hubiese sido más si Lorane no se girara para cualquier cosa.

– Ya cállate y mejor ayúdame si no quieres comer filete de pescado carbonizado.

– A la orden, mi señora. –me dice con un saludo militar y comienza a sacar las cosas del refrigerador y de la alacena.

Cuando ya tiene todo sobre la encimera de la cocina, me dice que hacer. Mientras Niall sazona los filetes, yo rebano con cuidado los champiñones en delgadas rebanadas. Creo que esto puedo hacerlo bien, no es tan difícil. Terminamos casi al mismo tiempo con nuestras tareas, y unos minutos más tarde ya está lista la comida.

– ¿Quieres tomar Mâcon o Perrier Jouët? – ¿qué? Me giro a verlo y lo veo de pie frente al mini bar. Está revisando las botellas de vino. Mmm, sabrá aún mejor la comida.

– Creo que irá bien con un Mâcon. –me parece más dulce que el Perrier, aunque el Perrier es más fresco.

Niall saca la botella y la deja sobre la barra junto con dos copas de cristal. Sirvo nuestros platos y lo acompaño en la barra. En un cómodo silencio y algunos intercambios de miradas y sonrisas, comenzamos a comer. Está tal como se ve: delicioso. Creo que se me va dando de a poco esto de la cocina, aunque no ayudé mucho que digamos. Pero en cuanto tenga más práctica con lo que me ha estado ensañando Lorane, estoy segura que no moriré de hambre.

Viaje Inesperado [N.H.]© Parte#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora