18. Galleta de la fortuna.

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Cuando nos adentramos por una de las avenidas principales comienzo a reconocer más. Últimamente con mis viajes en taxi he logrado conocer un poco más el centro de Londres, bueno, al menos la zona cerca del hotel. Hace unos días que salí sola por mi cuenta sin algún taxi, un mimo que hacia un par de trucos en la acera, quería encerrarme con él en su caja invisible. Fue raro y divertido. No me dejó ir hasta que le di un par de euros.

De pronto escucho una canción de Justin Timberlake que me hace salir de mis pensamientos.

– No te hubiera tomado por fan de Timberlake. –le digo a Niall mirándolo. De verdad pensé que sería más un chico motoquero que escucha solo rock alocado.

– Algo me dice que solo piensas lo peor de mí. –dice divertido y me ruborizo. Es verdad, tal vez lo juzgo demasiado rápido.

– Bueno... No es solo que piense lo peor...

– Trataré de comprenderte. Tal vez tu falta de confianza en mí sea por la primera impresión que te di. –imágenes de él con la pelirroja el día que llegué a la ciudad llegan a mi mente. Sí, fue una para nada buena impresión.

– Tal vez sea por eso...

Aunque la verdad, si me pongo a pensarlo mejor, no creo que eso de entrar besuqueándose con una tipa sea un delito, ni mucho menos. Se puede tomar por algo normal en un chico de veintitantos años, además de que él estaba en su casa. Es normal, ¿no?

Unos minutos más tarde ya nos encontramos en un bonito restaurante de comida china. Entramos al local y nos sentamos en una de las mesas al centro.

– Buenas tardes. –nos saluda el camarero entregándonos el menú. – ¿Les gustaría ordenar algo de beber?

– Yo quiero una limonada mineral, por favor. –digo mientras repaso el menú. Tal vez además del rollo pida pollo en salsa de arándanos o tal vez algo con verduras y arroz frito. Mmm, me parece delicioso.

– Yo quiero un refresco. –dice Niall concentrado y levanto la vista para mirarlo. Está viendo el menú, se ve gracioso y lindo por la forma en que frunce el ceño cuando piensa. Se ve en su rostro que no sabe por qué decidirse, lo entiendo.

– Muy bien. –dice el camarero anotando en su libreta. – ¿Están listos para ordenar?

– Sí. –contesto con energía. No soporto mi hambre. –Yo quiero un rollo primavera con salsa agridulce, pollo general y arroz frito. –digo cerrando el menú y se lo entrego al camarero.

–Bien, yo quiero pollo en salsa de almendras, y un platillo de Sui-Chang. –responde Niall también entregándole el menú al camarero.

– Bien, en unos minutos les traigo su orden. –responde el camarero con una amable sonrisa y se retira.

– Muy bonito lugar. –digo mirando alrededor para romper un poco el silencio.

– Si, tenía un tiempo sin venir por aquí. Por lo regular salgo a restaurantes para comer y perder el tiempo, pero últimamente he pedido la comida a domicilio.

– Suena a que te aburres demasiado. –me aventuro a decir. Tal vez hoy logre conocerlo más, ya que está tan hablador.

– Algo así. –responde con una mueca. –Cuando estás solo no hay mucho que hacer. –parece algo distante, pero estoy decidida a saber más.

– ¿No pasabas tiempo con tu padre?

– No mucho, nada más que no fuera trabajo. Digamos que nuestra relación no es muy regular. –dice de pronto incómodo y siento en su actitud como si de pronto se cerrara como una ostra.

Viaje Inesperado [N.H.]© Parte#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora