14. Primer día de clases.

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Al día siguiente me despierta el sonido de la ruidosa alarma de mi teléfono.

Tengo que ir a la universidad.

Busco mi teléfono debajo de la almohada, no está, entre las sabanas y tampoco está. No... ¿Por qué? Con un gruñido, abro los ojos a regañadientes y me enderezo. ¿Por qué demonios no se calla? Es demasiado ruidosa para ser tan temprano. Tampoco está en la mesita de noche. ¿Dónde demonios lo dejé? Salgo de la cama y me doy cuenta de que el sonido viene de debajo de la cama. Me pongo de rodillas y me asomo debajo de la cama. Ahí está tirado mi teléfono sin parar de sonar, diciéndome que son las seis de la mañana y debo de comenzar a arreglarme.

Estiro mi brazo y saco mi teléfono. Estúpido teléfono, le gusta mucho estar en el suelo, no sé ni cómo rayos se me cayó. Apago la alarma y me pongo de pie arrojando el teléfono sobre la cama. ¡Hora de ducharse

Trato de ducharme lo más rápido que puedo, pero mis brazos y mi cabeza aún están durmiendo, así que tengo que abrir de más la llave de agua fría, y finalmente así despierto por completo.

Salgo del baño envuelta en una de las finas toallas del hotel y comienzo a vestirme. Tengo que decir que el uniforme no se me ve tan mal, creo que se me ve bastante bien a pesar de que es un uniforme. Pam hizo un buen trabajo con mi falda, sin duda le debo una. Me seco el cabello con el secador que está en el baño y lo arreglo un poco haciendo que quede ondulado. Sí, me gusta. Luego me pongo las lentillas con mucho cuidado, ya que descubrí que no me traje el repuesto, así que tengo que cuidar mucho este par mientras luego busco algún oftalmólogo. Echo mi teléfono y mi cartera en mi nuevo bolso. Creo que no debo llevar nada más. Antes de salir de la habitación, tomó mi abrigo y llamo a recepción.

– Recepción, muy buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?

– Buenos días, llamo de la suite residencial. Me gustaría pedir un taxi que esté aquí en media hora por favor.

– Por supuesto que sí, señorita White. De inmediato pido el taxi para usted.

– Muy bien. Muchísimas gracias. –cuelgo.

Salgo de la habitación y cuando ya estoy en la planta baja entro al restaurante. Desayuno un par de waffles y poca fruta, aún tengo que acostumbrarme a desayunar tan temprano.

Justo cuando termino con mi desayuno, uno de los camareros se acerca diciéndome que mi taxi ha llegado. Tomo mi bolso, me pongo mi abrigo, y cuando salgo del hotel mi taxi me está esperando. Subo al auto y le digo al taxista adonde ir. Tengo que llegar un poco más temprano porque debo pasar a recoger mi horario de clases.

Unos minutos después ya estoy frente a la puerta de la universidad que parece correccional. Bien, aquí voy.

Entro y camino directo al edificio principal. Todo parece desértico, creo que llegué demasiado temprano. Camino por el pasillo donde se ven muchos casilleros en las paredes de los lados, tal vez en este edificio también den clases. Justo antes de entrar a la oficina de la secretaria veo a un chico rubio muy apuesto también con el uniforme de la escuela, recargado sobre uno de los casilleros. Es Niall. Me sonríe como si estuviese estado esperando por mí. ¿Pero que hace aquí? La escuela está casi vacía.

– Buenos días, señorita White. –me saluda muy cordial.

– Buen día, Horan.

– Te vez muy bien. –dice examinándome de pies a cabeza, alargando en "muy" en su frase. Pervertido.

– Deja de mirarme así, Horan, o te ganarás una bofetada.

– ¿Me estás amenazando? –me dice burlón y con un poco de sorpresa. ¿Cree que no lo golpearía? No por nada aprendí defensa personal.

Viaje Inesperado [N.H.]© Parte#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora