Capitulo 17

322K 22.9K 3.1K
                                    

Antes de continuar os cuento que hemos creado un grupo cerrado en facebook ¡en el que ya somos más de 52.000 personas! Se llama Elena García (Novelas) y lo estamos pasando genial en él. Se ha unido a nosotras uno de los modelos más guapos del mundo, Kenan Engerini, quien se ha enterado que es el protagonista de mi nueva historia "La marca de Sara" y está interactuando con nosotras como si realmente fuera él. Es adorable <3 ¡ÚNETE!

_________________

Laura

Camino rápido, necesito huir de las preguntas de Álex. Ahora entiendo por qué era él quien se encargaba de los interrogatorios en la comisaría. Anoche estaba tan jodida y necesitaba tanto desahogarme con alguien que hablé más de la cuenta. Me siento fatal por mentirle, pero lo que menos quiero es preocuparle. Tendré que buscarme una buena excusa por si me vuelve a preguntar. Lo de mi "amiga" no ha colado, y no quiero que sepa que la posible enferma soy yo. Además, no hay nada seguro todavía, quizás mi miedo está haciéndome ver cosas donde no las hay.

—¡Buenos días! —saludo a Manuel cuando entro al hotel. Es un hombre adorable.

—Buenos días, señorita Laura. Está usted tan hermosa como siempre —sonríe—. ¿Qué la trae tan pronto por aquí?

—Vengo a ver a Natalia —me mira pensativo.

—Intuyo entonces que saldrán hoy —sonríe de nuevo creyendo que ha acertado.

—No lo creo... La pobre está enferma —contesto.

—¿Enferma? No estoy informado de eso. ¿Qué le ocurre? ¿Necesita algo? ¿Puedo ayudar?

—No lo creo, aunque todavía no la he visto. Pero si necesitamos algo te lo haré saber —es tan atento como amable. Le guiño un ojo y camino hasta el ascensor. Sigo las indicaciones que me ha dado César y llego hasta su piso. Al parecer ha convencido a Natalia para que pasara la noche en su casa. No quería dejarla sola en su habitación. «Vaya...», silbo cuando el ascensor se abre. El doctor Amor debe de tener un buen bolsillo.

Llamo al timbre y Natalia aparece tras la puerta. Se sorprende enormemente al verme. Estoy segura de que César no le ha querido decir nada para que esa fuera su reacción. Mi amiga está ojerosa y más delgada. Me afecta tanto su aspecto que trato por todos los medios de ser yo misma. Es muy observadora, y si no tengo cuidado podría descubrir que algo me pasa. Necesita a la Laura de siempre y tengo que esforzarme por dársela.

Pasamos la mañana entre risas. Me pregunta constantemente por Álex, le respondo a todo sin reparo, pero cuando es mi turno y quiero saber cosas sobre ellos esquiva mis preguntas. No entiendo la razón, Natalia siempre me lo ha contado todo, igual que yo a ella. Me molesta un poco, pero respeto su decisión. Sus razones tendrá, y ya me dará las explicaciones oportunas cuando se encuentre mejor. Por el momento lo dejaré pasar.

En medio de una de nuestras bromas alguien llama. Natalia me mira extrañada y camino decidida hasta la puerta.

—Pero, ¿qué haces? —pregunta Natalia asustada.

—Cotillear... —río y pone los ojos en blanco.

—Laura... —susurra para que no vaya, pero mi curiosidad puede conmigo. Llego hasta la puerta y pongo el ojo en la mirilla. Hay una tía muy estirada al otro lado. Hago señales a mi amiga para que también mire y su cara cambia cuando lo hace.

—¡Es Erika! —dice tan sorprendida como extrañada.

—Esta es la perrita de César, ¿no? —pregunto y asiente.

Abro la puerta dispuesta a encararla, pero en la primera que se fija es en Natalia.

—Vaya... así que ya has conseguido también meterte en su casa. ¿Qué será lo siguiente? —mi sangre hierve al oír a esa zorra dirigirse así a mi amiga.

El tormento de Álex - (GRATIS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora