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Una oportunidad para el amor.

Al subir al tren Marissa se recargo en la ventana del vagón mirando el exterior, y lanzó un bostezo largo. Estaba agotada, las heridas que tenía no eran graves pero se sentía apedreada, el dolor seguía ahí, listo para recordarle al demonio que la había atacado.

—¿Tienes sueño? — Cameron la sacó se sus pensamientos, Marissa asintió casi tan perdida como antes, no quería recordar pero su mente siempre divagaba hacía lo mismo.

—Si quieres puedes dormir y yo te despierto cuando bajemos— añadió Cameron sonriendo ampliamente, en realidad, no quería perderse la maravillosa oportunidad de verla durmiendo.

—Si, me parece buena idea, estoy muerta, gracias Cam—respondió Marissa recargándose en la ventana, quedándose dormida casi al instante en el que su frente tocó el cristal. Cameron la observó con mucho detenimiento, debía parecer un chico extraño mirando a Marissa de aquella forma, pero era una oportunidad increíble de admirarla sin que ella se cubriera la cara, sin que se sonrojara y apartará la mirada, era tan linda. El chico extendió los dedos y acarició su mejilla ¿Qué diría Marissa si él le declaraba su amor? ¿Se negaría a darle una oportunidad? ciertamente Cameron había considerado aquella posibilidad y le aterraba, pero con el paso de los días aguantar su sentimiento era cada vez más insoportable.

En el sueño Marissa se encontraba en un jardín gigantesco lleno de una gran diversidad de flores de muchos colores y formas distintas. Se quedó asombrada por la belleza de aquel lugar, camino un pequeño tramo de camino y se recostó en el césped suave y con olor maravilloso. Cerró los ojos por un minuto y de pronto un olor exquisito rodeo su cuerpo, abrió los ojos de golpe y noto que la silueta masculina del sueño anterior estaba a su lado.

Instintivamente ella quiso apartarse, pero él le tomo la mano con dulzura, impidiendo que se fuera, atrapándola en la suavidad de unos fuertes brazos, impidiendo que se alejará .

 Estamos en problemas lo sé, pero no quiero perderte, te amo demasiado, debes entender que no estoy siendo egoísta solo trato de protegerte, no soportaría que algo malo te pasará, por favor no vayas la voz del chico era triste y llena de dolor. Marissa se quedó observándolo fijamente, a pesar de que veía sólo una sombra con unos hermosos y brillantes ojos azules, podía sentir cómo si supiera quien es.

No pudo contener las lágrimas, sentía una inmensa agonía creciendo en su pecho, no quería dejar al chico, no quería alejarse de él... Estuvo a punto de tocar su rostro con los dedos, sin embargo, el sueño comenzó a desmoronarse, tan rápido como había llegado.

—Marissa despierta— Cameron estaba susurrando muy cerca de ella, su cálido aliento le acaricio las mejillas.

La joven abrió los ojos y percibió que los tenía llenos de lágrimas, volteo para mirar a Cameron que le dedicaba una mirada de cariño.

—¿Estás bien? creo que has tenido una pesadilla

—Estoy bien, sólo fue un sueño— Marissa se limpió las lágrimas y sonrió, aún sentía aquel sentimiento profundamente guardando en su pecho ¿qué clase de sueños estaba teniendo?. Cameron asintió y le dedico una sonrisa amplia y brillante, lo había pensado en todo el rato que ella había permanecido dormida, le diría, hoy le diría.

—Bueno prepara tus cosas, aquí bajamos.

Bajaron del tren y salieron de la estación en poco tiempo, comenzaron a caminar por las calles hasta que llegaron a ese callejón donde habían atacado Marissa la noche anterior. La chica se estremeció de miedo e instintivamente tomó la mano de Cameron, sobresaltándolo ante el contacto, Cameron gruño, había anhelado tanto aquel contacto, ansiado tanto poder tocarla con libertad y ahora podía sentir la suavidad de la mano de Marissa contra la suya y le sorprendía el hecho de lo bien que se sentía.

Recuerdos Ocultos |En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora