De regreso
Cuando Marissa había vuelto a su habitación, un hermoso vestido se hallaba perfectamente colocado sobre la cama, jamás había visto un vestido como ese. Al principio la inseguridad le jugo de mala manera, no podía ignorar el bonito gesto que habían tenido con ella al darle un vestido tan bonito.
El vestido le llegaba a las rodillas y tenía la espalda descubierta, Marissa no era fanática de los vestidos y por eso le costo trabajo imaginándose en medio de una sala llena de ángeles vestida de esa forma. Por suerte Abby llego en el momento justo para disipar todas y cada una de sus dudas.
— Te ves muy guapa, ahora déjame ayudarte con tu cabello— se acercó y le recogió el cabello en un chongo elegante. Marissa recordó a su madre que siempre estaba tratando de convencerla de recoger su cabello.
—Excelente, ahora bajemos, nos están esperando— indico Abby sonriendo. Caminaron escaleras abajo después de recorrer el pasillo, entraron a un gran salón cuya imagen hizo que Marissa se sintiera mareada, de nuevo, conocía ese lugar, pues sus sueños se lo habían mostrado antes incluso de conocerlo de verdad.
—¿Te ocurre algo?— pregunto Abby al ver que Marissa se detenía.
— No, no es nada, solo...jamás había estado en un lugar tan hermoso— negó Marissa, bajando la mirada.
—Eres afortunada, ningún humano ha pisado este recinto— la tomo del brazo y la hizo entrar en un gigantesco comedor con una extensa mesa y muchas sillas a su alrededor, en las cuales había jóvenes sentados con hermosos trajes y vestidos de distintos colores.
— Chicos les presento a Marissa, nuestra invitada— anuncio Abby y todos situaron la mirada en Marissa mientras ella deseaba no estar ahí en ese momento, se sintió tan acorralada que sus rodillas temblaron, desvió sus ojos hacia Alexander que la miraba tratando de calmarla. No estaba siendo de ayuda, Marissa seguía creyendo firmemente que no tenía porque estar ahí.
Ese lugar no debería existir para ella.
—¿Qué están esperando? muestren sus modales, pasen a presentarse— ordenó Abby exasperada. Ante su orden uno a uno se fue poniendo de pie. Alexander estuvo a punto de pararse cuando...
—No hace falta que tú te presentes Alexander, ella ya te conoce— repuso Abby desde el fondo del comedor, Alexander se sentó con el ceño fruncido, después se levantó un chico de cabello castaño pálido y ojos grises su actitud era algo tímida lo que hizo que Marissa no se sintiera tan fuera de lugar. No era la única que parecía incomoda.
— Soy Joshua, es un placer— enseguida un joven de cabello negro un poco largo y ojos de color café se levantó.
—Synyster— dijo y regresó a su asiento. Marissa abrió mucho los ojos al notar que ese era el chico que la había ayudado a salir del centro comercial, solo que ahora ya no tenia esa capucha cubriendo su rostro, era un chico con rasgos delicados y con unos ojos tan fríos como el hielo mismo, su cabello era negro y le llegaba casi a los hombros de lo largo que estaba, aun así era de una apariencia muy brillante, llevaba sus delgadas manos cubiertas por esos guantes negros y al sentarse la chica pudo notar que había cierto fastidio en su mirada, no estaba contento y no quería molestarlo más con su mirada curiosa así que se desvió hacia el siguiente chico que se presentaba.
Era un joven de cabello rubio con ojos azules bastante simpático.
—Soy Abel encantado de conocerte.
—Y yo soy Katherine, es un placer— Marissa sonrió, la chica que se hallaba detrás de Abel era muy bonita, tenía el cabello castaño y los ojos verdes.
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Recuerdos Ocultos |En Edición|
Paranormal"Condenada a olvidar, atemorizada por un pasado desconocido, castigada por su pecado, su pasado la encierra, los recuerdos la atormentan, no existe salida para aquello que ya esta escrito. Sus alas fueron arrancadas y su naturaleza borrada, condenad...