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Atracción.

Cameron se encontraba recostado sobre la cama, pensando en la discusión que había tenido con Daniel, sus palabras sonaban como tambores en su cabeza "es mejor que la termines antes de que la hagas sufrir" le dijo él y no dejaba de pensar en que eso podía suceder si Marissa se enteraba. Si actualmente estaban pasando por un verdadero problema dadas las circunstancias de su naturaleza, una noticia así, podría terminar por romper las esperanzas que le quedaban.

El sonido de la puerta despertó a Cameron de sus pensamientos, por un momento, pensó en Marissa, la quería cerca ahora más que nunca, corrió a la puerta y la abrió deseando con todas sus fuerzas abrazarla. 

No era Marissa.

—Creí que no me abrirías pero es una grata sorpresa ver que aun tengo posibilidades— anunció Verónica aprovechándose de la confusión de Cam para entrar en la habitación,  cerrando la puerta tras ella.

—Sal de aquí Verónica— su mente colapso, miles de imágenes, recuerdos del pasado en el que Verónica había llamado su atención, era demasiado, algo andaba mal.

—Vamos Cam, no seas tan grosero conmigo— exigió atrayéndolo hacia ella por la camisa, besando su cuello, él trato de aparatarla pero no pudo, algo le ocurría con Verónica, no sabía que era, tal vez...deseo.

No pudo evitar dejarse llevar.

La tomo de la cintura y la beso, recordó todo lo que pasaba antes de alejarse del Jardín del Edén, dejo que los recuerdos brotaran de su interior convirtiendo el pasado en sensaciones reales, presentes. Antes él y Verónica eran inseparables, él estaba seguro, incluso desde entonces, que no era amor, era una especie de diversión, solo eso.

—No— dijo jadeante casi cayendo al suelo, cuando trato de alejarse.

—No seas infantil, Cam, ambos sabemos que tú lo deseas tanto como yo— mencionó Verónica tocándole el abdomen desnudo con las manos. Cameron se puso de pie y la tomo de las manos, recogió su playera y con toda la fuerza de voluntad la saco de la habitación violentamente.

—Esta bien, hoy no— fue lo único que Verónica pudo decir desde afuera de la habitación, mientras se alejaba por el pasillo, cada paso hacía que Cameron se sintiera más y más destrozado ¿Qué había hecho?

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Marissa abrió los ojos en la penumbra de su habitación, volteó para ver el reloj y se dio cuenta de que eran las 4 de la mañana, para su sorpresa no tenía sueño,  ya había dormido demasiado esos días, se levantó adolorida y decidió ir a la biblioteca para distraerse un poco con algún libro o lo que fuera. Abby había dicho que podía disponer del palacio como quisiera en su estancia, y dadas las circunstancias, la biblioteca era la mejor opción. Salió del cuarto, camino por el pasillo y cuando llego a la habitación de Cameron se paró frente a la puerta, pensó en que tal vez Cameron quería estar solo, abrió la puerta lentamente y observo que estaba tendido sobre la cama sin camisa, dormido.

Marissa se sonrojo y cerró la puerta de golpe, sintiéndose una intrusa. Cam estaba cansado, merecía descansar también.

Camino hasta la biblioteca con los pies descalzos y al entrar, todo estaba oscuro, enormes libreros estaban acomodados de tal forma que conformaban estrechos pasillos, había miles de libros, miles de historias escondidas en una habitación. Marissa merodeo un rato entre los pasajes a base de paginas y letras, títulos conocidos, títulos que jamás había visto, sus dedos acariciaron lomos uno por uno, hasta que se encontró con un historia que conocía bien, logro extraer el libro, se sentó sobre un sillón y comenzó a leer con la única luz de una lámpara a su lado.

Recuerdos Ocultos |En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora