El Jardín del Edén.
Marissa logro abrir los ojos con dificultad, se sentía como si hubiera dormido una eternidad, esperaba por alguna razón abrir los ojos en un hospital, pero aquel lugar no lo era en absoluto. Se encontraba en una hermosa habitación decorada con un bello papel tapiz de flores silvestres, poseía unas ventanas enormes y una alfombra adornaba el piso, era inmensa, casi del tamaño de tres veces la suya en casa.
La chica abrió aun mas los ojos cuando dirigió la mirada a la enorme ventana que le mostraba la bellísima luna y las estrellas que la acompañaban...era de noche.
¿Cuanto tiempo llevaba ahí? ¿Donde estaba? Y mas importante aún ¿Donde estaba Cameron?, Marissa se cuestionó todo aquello al tiempo que levantaba la cabeza abrumada por las preguntas que se formularon en su mente, sus ojos recorrieron la habitación en cada rincón hasta que observó que Alexander se encontraba en un pequeño sofá de tercio pelo rojo, al centro del cuarto. Marissa trato de levantarse, pero de inmediato un dolor agudo le cruzo desde el brazo izquierdo hasta el cuello haciéndola ahogar un grito.
Alexander se despertó ante aquel sonido de un brinco y miro a Marissa sorprendido. Al encontrar sus ojos su mirada se tranquilizo y camino hasta sentarse a su lado en la cama.
— ¿Estás bien?— preguntó Alexander, su cabello estaba revuelto y tenía una mancha de chocolate en la mejilla derecha. Marissa no lograba comprender, no lograba creer que lo que estaba viendo era real.
—¿Qué paso? ¿Dondé estoy?— la chica trato de sentarse pero el dolor regreso y no lo logró.
—No te muevas, estas muy herida todavía, Abby es buena con la sanación pero todo toma su tiempo— explicó Alexander soltando un bostezo.
—Respóndeme Alexander— repuso Marissa con un poco de molestia, no sabía en lugar en el que estaba y no conocía a Alexander lo suficiente como para confiar en él. Además ese chico le debía muchas respuestas.
—Tranquilízate, esta bien, estas a salvo.
—Por favor Alexander necesitó saberlo, creo...creo que me estoy volviendo loca, no sé si debo creer en las cosas que he visto, sé que no pueden ser reales pero mis ojos me engañan, mi propia mente me esta destrozando con miles de preguntas que no puedo responder.
—Lo siento, pero no puedo hablar— mencionó Alexander, siempre decía eso "no puedo decirte" ¿Por qué no podía decirle? Marissa ya estaba comenzando a hartarse de las negativas a respuestas que necesitaba para no creer que estaba enloqueciendo. Pero estaba bien, cambiaría de táctica.
—¿Y Giselle?
—Ella esta bien, se quedó con Cameron y Daniel, ellos se encargarán de curarla del veneno del demonio— argumento Alexander encogiéndose de hombros.
— Y sí ella está con Cam ¿por qué a mi me trajeron aquí?
— Te mordió un demonio, eso es mas difícil de sanar, te traje porque aquí tenemos el material para ayudarte— demonios, Marissa odiaba esa palabra.
— ¿Cuánto tiempo debo permanecer aquí?— Marissa posó su mirada en la puerta de aquella habitación.
—Hasta que sanes por completo, es decir que mañana estarás fuera de aquí, después de hablar con Abby claro— mencionó Alexander, sonriente, Marissa abrió los ojos con curiosidad y se pregunto en su interior ¿Quién era Abby?
Hubo un pequeño silencio incomodo entre ambos y al ver que Alexander no planeaba romperlo Marissa lo rompió con una voz de lo mas amable que pudo.
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Recuerdos Ocultos |En Edición|
Paranormal"Condenada a olvidar, atemorizada por un pasado desconocido, castigada por su pecado, su pasado la encierra, los recuerdos la atormentan, no existe salida para aquello que ya esta escrito. Sus alas fueron arrancadas y su naturaleza borrada, condenad...