Atrapada en tu infierno.

Veinte.

No sé si podre dejar de quererte.

Escribo tu nombre en la agenda del móvil y veo tu numero una y otra vez, mientras decido entre escribirte o esperar a que tú lo hagas, tecleo rápidamente estas despierto? Y así tan rápido como lo he escrito lo borro. Tiro el móvil a la cama y me paro frente al espejo, por dios, pero que ojeras tan grandes, y sonrió al recordar que son causadas por todas esas veces en las que amanezco hablando contigo o simplemente cuando no puedo dormir y me pongo a pensar en ti, miro mis manos y recuerdo todas esas veces en las que pude abrazarte, mis dedos, esos que alguna vez estuvieron entre los tuyos y no puedo evitar que mi sonrisa se expanda, miro mis labios, resecos, pálidos, y recuerdo cuando inconscientemente los mordía cuando tú me mirabas y estaba nerviosa, miro muy bien mis ojos, verdes, oscuros, llenos de tantos anhelos, y recuerdo cuando me decías que te gustaban y no podía evitar sonrojarme, volteo la mirada y visualizo el móvil, camino hasta el borde la cama y lo agarro, tecleo tu nombre y esta vez si lo hago, te borro de mi agenda, y me siento tan estúpida, ¿Que logro con eso? Me se tu numero mejor que el mío, lo tengo anotado en muchas de mis libretas, a veces lo anoto en la palma de mi mano y sé que aunque quisiera olvidarlo sé que no podría, al igual que como no podré olvidarte nunca del todo, recuerdo que una vez me dijeron que nunca lograría superarte y tienen razón, me marcaste tanto que ya ni se si algún día pueda volver a ser feliz sin ti, no sé si una mañana me pueda despertar y ya no te recuerde, no sé si alguna vez deje de pedir que vuelvas, no sé si podre dejar de quererte.