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"No me querías solo fingías y yo sonreía porque estaba ciega."

Que irónica me quedo esa frase, que dolor me causaba saber que era verdad, que alegría siento al darme cuenta de que ya no me hace mal recordarlo. Te quise, si, aun te quiero, pero no dueles como antes, no es el mismo amor de antes, te quiero como a un viejo amigo, como un compañero de grandes aventuras, no como antes que te veía como mi todo, mi felicidad. Me acostumbre a dejar de rogar por ti y a sonreír un poco más, ignorarte cuando estabas en línea, no preguntar tanto por ti, me arme de valor y admití que eras para mí, hable de ti, y a diferencia de todas las veces que lo había hecho ya no sentí ganas de llorar, ya me daba igual admitir que había sufrido por ti. Gracias a ti pude comprender que pueden mirarte a los ojos y decirte mil mentiras sin una pizca de diversión, que en este mundo hay personas que pueden ser crueles pero que a ti se te olvido que ibas a quedar un poco peor que yo, que por lo menos yo disfrute de los momentos que viví contigo pero que tú, antes de ya no estar aquí habías prometido amor de verdad, habías hablado con el corazón en la mano y por primera vez desde que te conocí me hiciste entender que eras muchos problemas, que si me habías mentido, pero pediste perdón, a pesar de que decías que nunca lo harías lo hiciste, me dejaste tres te quiero y el corazón lleno de esperanza, el corazón lleno de felicidad. Estoy sin ti pero al fin puedo decir que en realidad fui importante para ti, que más de una vez pensaste en mí y que te arrepentías de todo lo malo que le habías dado a mi vida.

Atrapada en tu infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora