Cuarenta y cinco.

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Carta 1: Hola, no sé si he hecho mal pero encuentro que la única forma de en realidad explicar lo que siento es escribiéndolo, soy pésima para las declaraciones en público y siento que cuando escribo todo fluye mejor, con naturalidad. Hoy siento que te quiero, si te quiero de verdad, no como un capricho, mucho menos por diversión, te quiero y me hace feliz.

Carta 2: Te odio, odio esa forma que tienes de caminar, odio el color de tus ojos, odio como me miras, odio ser nada en tu vida, odio el sonido de tu voz, odio como se sienten tus dedos entre los míos, odio que haya esperado tanto por ti y tu no hayas venido.

Carta 3: No estas y ya ni se de quien hablar, no sé si sentarme a mirar como el sol se va escondiendo poco a poco o simplemente ir por ahí y dejar de pensar. Si hubiese sabido que así seria todo hubiese por lo menos intentado estar más tiempo a tu lado, o haberte mirado más para que cuando estuviera sola pudiera imaginarte y sonreír aunque ya no estés aquí.

Carta 4: Que bonito te ves sonriendo por alguien más.

Carta 5: "No quiero que me busques más" tengo 30 días leyendo tu mensaje, 30 días durmiendo un poco menos, rogando para que me llegue un mensaje que diga que fue un error y que quieres volver, pero el móvil suena, no eres tú. Dicen que tengo que entender que esta vez todo acabo, que ya no volverás una vez más, asiento resignada, y cuando nadie me ve sigo llorando fuerte sobre la almohada, te echo de menos, no puedo simplemente acostumbrarme a que ya no me buscaras, pero quiero dejar de sufrir y decido ser feliz.

Carta 6: "Podemos hablar?" Leo y siento como todo regresa, mi felicidad, mi nerviosismo, las mariposas, todo sigue aquí, 35 días después y todo está intacto. Siempre espero por ti, porque estoy enamorada de ti.

Atrapada en tu infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora